González admite que la presencia de Barrionuevo en las listas puede costarle votos al PSOE

La ratificación del ex ministro del Interior José Barrionuevo en el número cinco de la lista al Congreso por Madrid ha dejado insatisfechos a numerosos dirigentes socialistas que el sábado votaron su designación en el Comité Federal del PSOE. La doctrina oficial, de evitar las presiones sobre Barrionuevo para que él decidiera sobre su abandono de las listas, se ha traducido en su continuidad. Felipe González admitió ante el comité que llevar en las listas al ex ministro puede costarle votos. "La decisión puede tener un coste electoral o no", dijo el líder socialista, que exhortó a sus compañer...

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La ratificación del ex ministro del Interior José Barrionuevo en el número cinco de la lista al Congreso por Madrid ha dejado insatisfechos a numerosos dirigentes socialistas que el sábado votaron su designación en el Comité Federal del PSOE. La doctrina oficial, de evitar las presiones sobre Barrionuevo para que él decidiera sobre su abandono de las listas, se ha traducido en su continuidad. Felipe González admitió ante el comité que llevar en las listas al ex ministro puede costarle votos. "La decisión puede tener un coste electoral o no", dijo el líder socialista, que exhortó a sus compañeros a preservar la autonomía del PSOE por encima de la decisión del juez Eduardo Móner de procesar a Barrionuevo por relación con los GAL.

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Felipe González ha consagrado su tesis de defensa a ultranza de la autonomía política no sólo frente a las posibles interferencias de los jueces, sino también respecto a los medios de comunicación y la pinza política entre José María Aznar y Julio Anguita, según expuso ante el comité federal del sábado.González resaltó que era la primera vez desde la restauración democrática que un juez procesaba a un parlamentario con las Cortes disueltas. "Siempre se habían paralizado los procesos hasta después de las elecciones", afirmó el líder socialista.

En el mismo sentido se pronunció ayer el ministro de Economía, Pedro Solbes, que responsabilizó a Móner por tomar la decisión en precampaña.

En estas circunstancias, el secretario general estableció como prioridad la libertad de José Barrionuevo y del PSOE para decidir quién iba en las listas, por encima incluso de su coste electoral. Por supuesto, todo ello a partir de la convicción de que Barrionuevo es inocente de los cargos que le imputa el juez Móner: relación con banda armada, malversación y detención ilegal [relativa al secuestro de Segundo Marey].

Algunos socialistas califican esta estrategia como "de la derrota", mientras otros, favorables a ella, como el presidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra, han anticipado que no temen "morir políticamente con Barrionuevo".

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"Las urnas tienen que ser grandes. No se pueden empequeñecer a través de las decisiones judiciales", dijo Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad de Madrid, antes de la intervención de González.

Barrionuevo se siente legitimado por una votación masiva de apoyo, con la paradoja de que bastantes de los que se lo dieron hubieran deseado que se descolgara voluntariamente.

Aunque la defensa de Barrionuevo corrió a cargo no sólo de González, sino de otros dos políticos de gran prestigio intelectual como Joaquín Leguina y Jordi Solé Tura, el malestar era palpable ayer entre numerosos miembros del Comité Federal del PSOE. Temen una repercusión negativa entre ese millón de electores de izquierda que puede decidir el salto del PSOE del 30% que marca su suelo electoral al 35% que podría poner en apuros al Partido Popular.

El secretario general del PSOE pensó en ellos cuando el sábado por la noche, en su intervención en el comité federal, manifestó que los socialistas aún pueden ganar las elecciones y aseguró que las encuestas que él conoce otorgan al PP sólo un margen de ventaja sobre el PSOE entre un 3,5% y un 4,5%.

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