Tribuna:Las primeras elecciones palestinas

La era que comienza

Pasado mañana, los habitantes de la franja de Gaza, los de Cisjordania y los de Jerusalén-Este van a elegir a los 88 miembros del Consejo legislativo del que emanará el primer Gobierno palestino de la historia. Para una parte fundamental del pueblo palestino es la materialización tangible, aunque parcial, del sueño secular de la autodeterminación.Desde Camp David al Plan Shamir, de Madrid a Oslo y a Taba, la celebración de elecciones libres en los territorios palestinos ocupados ha formado parte de todos. los "planes de paz" para Oriente Medio.

En 1974, inmediatamente después de la guer...

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Pasado mañana, los habitantes de la franja de Gaza, los de Cisjordania y los de Jerusalén-Este van a elegir a los 88 miembros del Consejo legislativo del que emanará el primer Gobierno palestino de la historia. Para una parte fundamental del pueblo palestino es la materialización tangible, aunque parcial, del sueño secular de la autodeterminación.Desde Camp David al Plan Shamir, de Madrid a Oslo y a Taba, la celebración de elecciones libres en los territorios palestinos ocupados ha formado parte de todos. los "planes de paz" para Oriente Medio.

En 1974, inmediatamente después de la guerra de 1973, la OLP adoptó la decisión de "construir la autoridad nacional palestina sobre todo pedazo del territorio palestino liberado o evacuado". Ese mismo año, la cumbre árabe de Rabat, y, posteriormente, las Naciones Unidas, reconocieron a la OLP como "única representante legítima del pueblo palestino". Los años siguientes fueron años de ocasiones fallidas y en los que la trampa libanesa se cerró sobre la OLP. En 1982, tras la salida del Líbano, se abrió una nueva página en el largo vagar del pueblo palestino y de las instituciones que encarnan su identidad.

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Claude Cheysson, entonces ministro de Asuntos Exteriores francés, prometió un avance político a cambio del retroceso militar", pero a pesar de la lenta reconstrucción de la unidad nacional en el seno de la OLP -entorpecida por la "disidencia" pro-siria-, la cumbre árabe celebrada en el verano de 1987 antepuso, por primera vez, la guerra Irán-Irak a la cuestión palestina.

Fue entonces cuando estalló el levantamiento cuyo nombre se ha impuesto en el mundo entero, la Intifada, que im ponía a la OLP su programa político: un Estado palestino en Cisjordania y Gaza, con Jerusalén como capital, y el abandono de las utopías revolucionarias maximalistas. Esta es la base de la Declaración de Independencia de noviembre de 1988, que incluye el compromiso solemne de construir un Estado de derecho democrático, parlamentario y pluralista. Traducido al claro lenguaje de la tribuna de la ONU, un mes más tarde, esta "iniciativa palestina de paz" hizo posible el primer diálogo entre palestinos y estadounidenses, que desencadenaría el mecanismo que finalmente ha desembocado en el proceso actual.

Preocupado por ser él quien. retornará la iniciativa, Shamir anunció un "Plan". La Administración estadunidense lo asumió inmediatamente leyendo, sólo en él una "propuesta de elecciones". La convergencia que se bosquejó entonces puso en marcha el mecanismo del arreglo. Sin embargo, la historia iba a sufrir todavía otro giro. Desde la primavera de 1990, Irak se convirtió en el centro de un nuevo drama regional, que degeneró en una guerra tras la invasión iraquí de Kuwait. Se inauguraba el "nuevo orden internacional" unipolar a la vez que desaparecía la última coartada con el pretexto de la seguridad de Israel. Pues a partir de entonces, incluso Siria aceptó formalmente la perspectiva de la paz. Ocurrió durante la Conferencia de Madrid, a la que la parte palestina sólo asistió a medias, bajo el paraguas jordano. Pero progresivamente la OLP entró de lleno en el proceso. Debilitada por una crisis sin precedentes en las relaciones entre EE UU e Israel, la derecha israelí perdió las legislativas de 1992, y los laboristas dieron la vuelta a la ecuación: Rabin y Peres tienen el convencimiento, desde mayo de 1993, de que sólo la OLP posee la autoridad moral necesaria para firmar un acuerdo. Fue sobre el reconocimiento mutuo sobre el que se basaron los acuerdos de Oslo y todos los que a él le han seguido.

Tras el espectacular apretón de manos de Washington, el calendario de la aplicación de los acuerdos, ha sufrido importantes retrasos debido a la intrasigencia y las contradicciones de la política israelí. Los aplazamientos han desanimaron a la opinión pública palestina y enviaron señales ambiguas a la extrema derecha israelí, alimentando la espiral de la violencia extremista de ambos lados. Paradójicamente, el asesinato de Isaac Rabin a manos de un extremista israelí fortaleció la determinación de los dirigentes de ese país y les inspiró un nuevo respeto por el calendario: hasta la fecha todo lo acordado en Taba, conocido como "Oslo II", se ha desarrollado en el tiempo previsto, lo que permite la celebración de estas históricas elecciones.

En estos comicios, que se celebrarán bajo la atenta vigilancia de la Unión Europea, se enfrentan más de seiscientos candidatos; pero hay que reconocer que no se desarrollan en las condiciones ideales. Sólo afectan a un tercio del pueblo palestino y están sometidas a múltiples trabas debidas al desequilibrio de las relaciones de fuerza. Pero si bien los grupos de oposición radicales boicotean el escrutinio, gran número de sus simpatizantes, e incluso de sus cuadros, se presentan como candidatos, lo que ilustra la crisis de estas organizaciones y el desfase creciente entre su discurso y la realidad tal y como la sociedad la vive. Pues, a pesar de los errores e irregularidades que han salpicado la campaña, y que han sido denunciados amplia y legítimamente, esta consulta abre a la sociedad palestina una nueva era en la que las aspiraciones y las prácticas democráticas que desde hace tiempo han singularizado el movimiento palestino van a poder expresarse en el seno de unas instituciones que constituirán mañana el embrión del Estado de derecho en Palestina.

llan Halevi es representante de la OLP en la Internacional Socialista.

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