El vellón encuentra solución

El municipio ha tardado 17 años en elevar agua hasta sus abrevaderos

El ganado, que pasta en la dehesa boyal de El Vellón (990 habitantes) ya tiene agua en abundancia. Tras 17 años de intentos fallidos, dos vecinos, Fulgencio San Miguel (contratista de 5,4 años) y Francisco Lozano (fontanero, de 40 años), han logrado lo que los técnicos de la Comunidad no pudieron: llevar a través de tuberías el agua de un pozo a un pilón, pese a que el nivel del pozo está más bajo que el del abrevadero, lo que suponía un gran inconveniente.El problema no tenía fácil solución. El sistema de vasos comunicantes -por razones hasta ahora desconocidas- no funcionaba, no se podían in...

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El ganado, que pasta en la dehesa boyal de El Vellón (990 habitantes) ya tiene agua en abundancia. Tras 17 años de intentos fallidos, dos vecinos, Fulgencio San Miguel (contratista de 5,4 años) y Francisco Lozano (fontanero, de 40 años), han logrado lo que los técnicos de la Comunidad no pudieron: llevar a través de tuberías el agua de un pozo a un pilón, pese a que el nivel del pozo está más bajo que el del abrevadero, lo que suponía un gran inconveniente.El problema no tenía fácil solución. El sistema de vasos comunicantes -por razones hasta ahora desconocidas- no funcionaba, no se podían instalar motores eléctricos porque en el campo no hay enchufes y tampoco eran posibles los motores de gasóleo: su mantenimiento resultaba muy caro.

Hace 17 años, y ante la necesidad de saciar a las más de 300 reses que pacen en esta finca comunal, el Ayuntamiento perforó cuatro pozos y, a 100 metros levantó el mismo número de abrevaderos. Teóricamente, cada, pozo alimentaría a su respectivo pilón. Sin embargo, por razones olvidadas, la obra no se terminó entonces.

Y pasaron 15 años. En mayo de 1994, la Consejería de Economía de la Comunidad de Madrid decidió poner en marcha los pozos. Invirtió cuatro millones de pesetas en crear un nuevo sistema de canalizaciones. Los técnicos consideraron que si enterraban a cinco metros las tuberías habría caída suficiente. Sin embargo, los cálculos volvieron a fallar: no pasaba ni una gota.

Dos meses después, se halló otra solución, que también resultó infructuosa: desenterrar las tuberías y elevar, el agua hasta el abrevadero con una bomba manual.

Este periódico comprobó en aquellas fechas que si se accionaba la bomba durante 10 minutos, sólo llegaba un litro de líquido al abrevadero (con capacidad para 9.000 litros).

El Ayuntamiento, desesperado, tuvo que conectar los pilones a las tuberías del Canal de Isabel II. Pero El Vellón no se rindió. Hace unos meses, la Comunidad destinó otro millón y medio e pesetas para solucionar el problema.

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Por primera vez en 17 años, el Ayuntamiento adjudicó las obras gente del pueblo. El sistema que contratista y el fontanero local idearon era sencillo: vasos comunicantes, flotadores y unos unos pilones, pero más bajos que el pozo.

San Miguel dice modestamente: "A cualquiera se le habría ocurrido. Lo inconprensible es que los técnicos no se dieran cuenta antes". La alcaldesa de este municipio, Mercedes Alonso, del Partido Popular, termina: "Hay cosas; complicadas de entender. Tanto técnico, tanto técnico... Bueno, a veces es mejor callarse".

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