El Mar de Ontígola, a punto de desbordarse

La presa del Mar de, Ontígola, una laguna artificial de más de 400 años de antigüedad, se hallaba ayer al borde del desbordamiento después de que la pasada Nochevieja el agua saltara sus muros. Gracias a la rápida actuación de Protección Civil, policía local, bomberos y los servicios municipales, que desviaron con diques el agua, se evitó la inundación del casco antiguo, de Aranjuez (39.400 habitantes). El primer aviso de las aguas se produjo el 30 de diciembre. Tras comprobar que el Mar de Ontígola se podía desbordar, el alcaIde de Aranjuez, José María Cepeda (PP), ordenó la vigilancia...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La presa del Mar de, Ontígola, una laguna artificial de más de 400 años de antigüedad, se hallaba ayer al borde del desbordamiento después de que la pasada Nochevieja el agua saltara sus muros. Gracias a la rápida actuación de Protección Civil, policía local, bomberos y los servicios municipales, que desviaron con diques el agua, se evitó la inundación del casco antiguo, de Aranjuez (39.400 habitantes). El primer aviso de las aguas se produjo el 30 de diciembre. Tras comprobar que el Mar de Ontígola se podía desbordar, el alcaIde de Aranjuez, José María Cepeda (PP), ordenó la vigilancia permanente y el desvío del cauce para que no peligrara una zona próxima habitada por chabolas. La entrada del año nuevo se vio acompañada por una lluvia torrencial que provocó el desbordamiento e inundó los tramos de la carretera, próximos a la presa. De no ser por la construcción de diques con sacos y tierra -que desviaron el torrente hacia el aliviadero y el alcantarillado construido recientemente en el polígono industrial Gonzalo Chacón- se podría haber producido una catástrofe. Parte del agua siguió hacia la zona de Fyse, el polígono al barrio de Las Aves, en busca de su salida natural, y alcanzó el metro de altura en la zona de Penicilina.

Más información

Tanto el alcalde de Aranjuez como los delegados de Seguridad Ciudadana y Servicios Municipales se turnaron durante varias horas hasta la mitad de la tarde del 1 de enero, momento en que la situación quedó controlada. Aún así, el alcalde teme que nuevas lluvias provoquen desbordamientos más fuertes y más difíciles de controlar. El Ayuntamiento ribereño aprobó el pasado diciembre la construcción, a cargo del Ministerio de Obras Públicas, de un nuevo aliviadero para el Mar de Ontígola con el fin de evitar situaciones como ésta. La obstrucción de sus cauces naturales y la disminución de capacidad de la propia presa pofr la sedimentación paulatina sufrida en sus cuatro siglos hacen de este lugar una zona peligrosa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En