Editorial:

Turquía, más cerca

EL PARLAMENTO Europeo ha votado a favor de la entrada de Turquía en la Unión Aduanera Europea después de fuertes tensiones internas. Es un paso aún tímido en la marcha hacia la integración total de Turquía en la Unión Europea (UE). Pero es un paso que puede tener, de momento, un efecto inmediato en la contención del islamismo en las elecciones legislativas de mañana en Turquía. En los aspectos comerciales y económicos, no cabe duda de que tal decisión supone una serie de ventajas muy importantes para Turquía y para los países europeos. Se abrirá un gran mercado para los productos textiles turc...

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EL PARLAMENTO Europeo ha votado a favor de la entrada de Turquía en la Unión Aduanera Europea después de fuertes tensiones internas. Es un paso aún tímido en la marcha hacia la integración total de Turquía en la Unión Europea (UE). Pero es un paso que puede tener, de momento, un efecto inmediato en la contención del islamismo en las elecciones legislativas de mañana en Turquía. En los aspectos comerciales y económicos, no cabe duda de que tal decisión supone una serie de ventajas muy importantes para Turquía y para los países europeos. Se abrirá un gran mercado para los productos textiles turcos, sin hablar de otros aspectos en que van a mejorar las relaciones económicas.Sin embargo, la novedad de esa decisión trasciende el ámbito económico. Hasta ahora, el Parlamento Europeo de Estrasburgo había mantenido una negativa sistemática a aceptar el acuerdo aduanero por poderosas razones políticas. Era inconcebible que un país en el que no se respetan los derechos humanos en relación, sobre todo, con la cuestión kurda pudiese recibir un estímulo hacia el ingreso en la UE. Por ello ha sido un éxito de la señora Çiller, jefe del Gobiemo turco, haber conseguido de los parlamentarios de Estrasburgo un cambio de actitud.

En cuanto a la cuestión kurda, su argumento principal han sido las modificaciones introducidas últimamente en la legislación turca para poner fin a la persecución de esa problación. Pero seguramente el argumento más convincente para los parlamentarios europeos, de cara a las elecciones generales de mañana, ha sido la referencia al peligro islamista. Si Turquía hubiese sufrido una nueva negativa europea, ello hubiese dado un gran impulso a un fundamentalismo islámico que crece a ojos vista en la escena política turca. Basta consultar un mapa para percibir la extraordinaria importancia estratégica que tiene ese país, situado entre Europa y Rusia, o más propiamente, las repúblicas musulmanas que estuvieron asociadas a la URSS mientras existió. El peligro de islamización de toda la zona no es una quimera. Es una cuestión que debe estar entre las preocupaciones de los países europeos.

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