FÚTBOL DECIMOQUINTA JORNADA DE LIGA

Demasiados goles para un partido miserable

Stepanovic recetó paciencia para atacar la vocación defensiva del Valladolid, pero se le fue la mano y acabó con la paciencia del respetable. Al Valladolid sólo le doblegó el infortunio, más que sus de méritos, en un partido espeso y rácano en el espectáculo. El guión era tan previsible que ni el gol de Etxeberria (el futbolista más lúcido del encuentro) en los primeros minutos alteró el ritmo del partido. El botín más preciado del fútbol, es decir, el gol prematuro que desmonta todo el edificio estratégico del rival, lo dilapidó el Athletic en un santiamén. Peternac aprovechó la bisoñez del d...

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Stepanovic recetó paciencia para atacar la vocación defensiva del Valladolid, pero se le fue la mano y acabó con la paciencia del respetable. Al Valladolid sólo le doblegó el infortunio, más que sus de méritos, en un partido espeso y rácano en el espectáculo. El guión era tan previsible que ni el gol de Etxeberria (el futbolista más lúcido del encuentro) en los primeros minutos alteró el ritmo del partido. El botín más preciado del fútbol, es decir, el gol prematuro que desmonta todo el edificio estratégico del rival, lo dilapidó el Athletic en un santiamén. Peternac aprovechó la bisoñez del debutante Aizkorreta para marcar un gol de libro.El Athletic es un equipo despersonalizado que juega bajo los impulsos de Etxeberria y la inteligencia de Guerrero. El resto resulta anodino, rudimentario. Por eso, el gol definitivo, como era de esperar, fue fruto de un accidente. Guerrero disparó contra la barrera y Andrinúa, un cabeceador, remató de tijera al poste, pero el balón botó más allá de la raya.

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