Correos se suma a la huelga del transporte público Francia

La protesta sindical francesa mantuvo ayer completamente paralizados los trenes y los transportes urbanos y se extendió a numerosos centros de Correos. Fue una nueva jornada, negra en París (500 kilómetros de embotellamientos a las ocho de la mañana en torno a la capital) y en el resto de ciudades, sin perspectivas de solución inmediata. Ferrocarriles, autobuses, metro y, Correos seguirán hoy en huelga, al tiempo que los estudiantes se manifiestan contra la falta de medios en las universidades.El presidente Jacques Chirac y su jefe de Gobierno, Alain Juppé, afirmaron ayer ante el Consejo de Mi...

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La protesta sindical francesa mantuvo ayer completamente paralizados los trenes y los transportes urbanos y se extendió a numerosos centros de Correos. Fue una nueva jornada, negra en París (500 kilómetros de embotellamientos a las ocho de la mañana en torno a la capital) y en el resto de ciudades, sin perspectivas de solución inmediata. Ferrocarriles, autobuses, metro y, Correos seguirán hoy en huelga, al tiempo que los estudiantes se manifiestan contra la falta de medios en las universidades.El presidente Jacques Chirac y su jefe de Gobierno, Alain Juppé, afirmaron ayer ante el Consejo de Ministros que estaban dispuestos a dialogar con los sindicatos, pero no a ceder en las líneas básicas de su plan para reformar la Seguridad Social y las pensiones del sector público.

Las huelgas se encadenan. La de ferrocarriles se ha convertido en una huelga indefinida, mientras los transportes urbanos tienden a una situación parecida: ayer se decidió mantener la protesta durante la jornada de hoy y los sindicatos confían en alargar la paralización de servicios hasta mediados de diciembre, para convocar entonces una gran manifestación nacional y unitaria de los sectores descontentos.

El Gobierno de Alain Juppé recibió ayer el apoyo de un centenar de economistas, ex altos cargos e intelectuales de izquierda, que valoraron positivamente en un comunicado el plan de reforma de la Seguridad Social. El plan de reforma es bien considerado por las élites del país -políticos, industriales, analistas, medios de comunicación e incluso los líderes sindicales moderados-, pero no por la ciudadanía en su conjunto. Una peculiar fractura, inducida acaso por el creciente temor de los franceses ante el futuro y por el pesimismo económico. Ayer se supo que la economía francesa ha crecido a un ritmo del 0,2% en los dos últimos trimestres, lo que la aproxima al estancamiento y hace con cebible una recesión. Los socialistas han decidido presentar una moción de censura contra el Gobierno por su plan de reforma, según adelantó ayer su líder, Laurent Fabius.

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