Tres partidos piden que se haga españoles los brigadistas de la guerra civil
Socialistas, Izquierda Unida y nacionalistas vascos desean que el Gobierno español tenga un gesto de agradecimiento con los supervivientes de las Brigadas Internacionales que participaron en la guerra civil española y para ello le piden que conceda la ciudadanía española a los supervivientes.
María Dolores Pelayo (PSOE), Ángeles Maestro (IU) e Iñaki Anasagasti (PNV) presentaron ayer una proposición no de ley en la que piden al Gobierno que "por carta de naturaleza conceda la ciudadanía española a todas las personas que así lo soliciten y que acrediten que formaron parte de las Briga...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Socialistas, Izquierda Unida y nacionalistas vascos desean que el Gobierno español tenga un gesto de agradecimiento con los supervivientes de las Brigadas Internacionales que participaron en la guerra civil española y para ello le piden que conceda la ciudadanía española a los supervivientes.
María Dolores Pelayo (PSOE), Ángeles Maestro (IU) e Iñaki Anasagasti (PNV) presentaron ayer una proposición no de ley en la que piden al Gobierno que "por carta de naturaleza conceda la ciudadanía española a todas las personas que así lo soliciten y que acrediten que formaron parte de las Brigadas Internacionales".
Se trata de una de las posibilidades que contempla el Código Civil, cuando concurren circunstancias excepcionales en quienes se beneficien de la concesión.
Para Pelayo es necesario valorar el gesto de los brigadistas frente al "miedo a la intervención" en favor de la República de los gobiernos europeos.
Maestro dijo que "no se trata de pagar una deuda que es impagable, sino de reconocer su valor y generosidad". Anasagasti contrapuso el "oprobioso silencio" de los gobiernos europeos ante la rebelión militar en España en 1936 y el gesto de entrega de los brigadistas.
La proposición señala que fueron unos 45.000 los voluntarios que acudieron a España y que los supervivientes son apenas unos centenares, tienen ya edad muy avanzada y "siguen manteniendo su amor a España, a quien consideran su segunda patria, y siguen esperando que aquella promesa que les hiciera el entonces presidente del Gobierno, don Juan Negrín, de reconocerles la nacionalidad española, se haga realidad".