Cartas al director

Cuidado con el as

En EL PAÍS del 26 de octubre, Alfonso J. Vázquez proponía, en una carta al director, el sugestivo nombre de as para sustituir al ecu como nombre de la moneda europea.A pesar de los argumentos a favor del as, la candidatura no tiene futuro. Al señor Vázquez se le ha olvidado efectuar una comprobación indispensable para palabras con vocación multinacional. Es imprescindible que el nombre propuesto no tenga una significación inconveniente en algunos de los idiomas en que se vaya a insertar. Si además de considerar, como lo hace en su carta la pronunciación inglesa de as hubiera tenido en c...

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En EL PAÍS del 26 de octubre, Alfonso J. Vázquez proponía, en una carta al director, el sugestivo nombre de as para sustituir al ecu como nombre de la moneda europea.A pesar de los argumentos a favor del as, la candidatura no tiene futuro. Al señor Vázquez se le ha olvidado efectuar una comprobación indispensable para palabras con vocación multinacional. Es imprescindible que el nombre propuesto no tenga una significación inconveniente en algunos de los idiomas en que se vaya a insertar. Si además de considerar, como lo hace en su carta la pronunciación inglesa de as hubiera tenido en cuenta el significado de la palabra, ass en inglés, el señor Vázquez habría archivado, sin más, su propuesta. Como se puede comprobar en el diccionario más elemental, ninguno de los significados de ass (asno y ano) hubieran ayudado a la causa de la moneda europea en el reticente Reino Unido.

No está de más recordar que uno de los problemas del nombre del ecu se deriva de que coincide con el nombre de una vieja moneda francesa: el ecu (escudo). Para Alemania, esta homonimia ha resultado, a la larga, totalmente inaceptable. Sobre todo cuando el ex presidente Valéry Gigcard d'Estaing reveló en su libro Le pouvoir et la gloire (Ciel Douze. París 1988, página 151) que cuando él propuso designar a la moneda europea con las iniciales inglesas (european currency unit) había conseguido bautizar a la nueva moneda con el nombre que Ios franceses daban a la más preciosa de sus unidades monetarias durante la dinastía de los Valois".

Lo siento por su interesante propuesta, señor Vázquez. La riqueza histórica y lingüística de que goza la Unión Europea nos trae estas miserias monetarias. ¡Qué se le va a hacer! Muerto el ecu, ¡viva el euro!-

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