Un barrio castigado por la violencia

Marxalenes es un barrio especialmente sometido a la violencia. Los ecos del disparo que acabó ayer con la vida del policía nacional José Malmierca no son los primeros que se, han escuchado en esta zona de Valencia, habitada por clases humildes y fuertemente afectada por el paro y el desarraigo social, lo que ha favorecido también la creación de grupos de ideología neofascista. A menos de 200 metros de distancia del portal donde murió Malmierca, los GRAPO hirieron de gravedad a un policía nacional el 9 de julio de 1987. En aquella ocasión, dos jóvenes llamaron a la puerta de la comisaría de zon...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Marxalenes es un barrio especialmente sometido a la violencia. Los ecos del disparo que acabó ayer con la vida del policía nacional José Malmierca no son los primeros que se, han escuchado en esta zona de Valencia, habitada por clases humildes y fuertemente afectada por el paro y el desarraigo social, lo que ha favorecido también la creación de grupos de ideología neofascista. A menos de 200 metros de distancia del portal donde murió Malmierca, los GRAPO hirieron de gravedad a un policía nacional el 9 de julio de 1987. En aquella ocasión, dos jóvenes llamaron a la puerta de la comisaría de zona a las siete de la mañana y tirotearon con gran nerviosismo al policía que les abrió. Dos tiros en el abdomen y un tercero en el tórax, del calibre 9 milímetros corto, disparados con armas robadas a la Policía Local de Málaga, no bastaron para acabar con la vida de la víctima. Los que sí han actuado con mayor profesionalidad en Valencia han sido los terroristas de ETA, aunque siempre han elegido zonas más céntricas y mejor comunicadas para cometer sus atentados. El último se produjo el 15 de enero de 1992, cuando de un tiro en la nuca cayó muerto el catedrático Manuel Broseta. Las investigaciones permitieron desmantelar un piso franco en el que se incautó un revólver y dos pistolas nueve milímetros Parabellum. Diez meses antes, los etarras habían matado de un disparo en la cabeza al delegado regional de la empresa constructora Ferrovial, José Casañ.

Más información
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En