Una nación dividida

Se contaba con el aborto, con la inmigración y con la reducción del tamaño del Estado, pero no con el racismo, como asuntos de la próxima campaña electoral en EE UU. De repente, el juicio de O. J. Simpson reveló una nación profundamente dividida entre blancos y negros, y la marcha sobre Washington ha confirmado que estos últimos no han abandonado sus reivindicaciones tradicionales.¿Quién recogerá esas reivindicaciones ahora? Bill Clinton está en mejor situación que los republicanos, pero es difícil hacerlo sin recortar los programas sociales que pagan y repudian los blancos. Colin Powell, el p...

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Se contaba con el aborto, con la inmigración y con la reducción del tamaño del Estado, pero no con el racismo, como asuntos de la próxima campaña electoral en EE UU. De repente, el juicio de O. J. Simpson reveló una nación profundamente dividida entre blancos y negros, y la marcha sobre Washington ha confirmado que estos últimos no han abandonado sus reivindicaciones tradicionales.¿Quién recogerá esas reivindicaciones ahora? Bill Clinton está en mejor situación que los republicanos, pero es difícil hacerlo sin recortar los programas sociales que pagan y repudian los blancos. Colin Powell, el popularísimo general negro, puede estar tentado de nuevo a recoger esa bandera.

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