Berlusconi intenta utilizar su proceso por corrupción para recuperar el poder en Italia

"Silvio es un superclase y de un mal hará nacer un bien. La gente entenderá cuál es la realidad. ¿Se imagina qué campaña estrepitosa hará II Cavaliere?". Fedele Confalonieri, presidente del grupo empresarial de Berlusconi, Fininvest, expone así de claro a La Stampa los planes de su mejor amigo, que será juzgado por corrupción de la policía fiscal el 17 de enero. Y el ex primer ministro y líder de Forza Italia precisa: "El líder del Polo de la Libertad [alianza de derecha] soy yo. El candidato a primer ministro soy yo. A los aliados les diré: señores, esto es así".

Berlusconi ha demostra...

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"Silvio es un superclase y de un mal hará nacer un bien. La gente entenderá cuál es la realidad. ¿Se imagina qué campaña estrepitosa hará II Cavaliere?". Fedele Confalonieri, presidente del grupo empresarial de Berlusconi, Fininvest, expone así de claro a La Stampa los planes de su mejor amigo, que será juzgado por corrupción de la policía fiscal el 17 de enero. Y el ex primer ministro y líder de Forza Italia precisa: "El líder del Polo de la Libertad [alianza de derecha] soy yo. El candidato a primer ministro soy yo. A los aliados les diré: señores, esto es así".

Berlusconi ha demostrado como hombre público una falta absoluta de pudor y vicio por la apuesta máxima -o todo o nada- aunque sea para jugar la carta del tahúr que se conforma con un tercio. Las reglas de la política han impedido hasta aquí que esas artes prosperen. Pero sus envites merecen aún ser considerados por el aparato que le sostiene: una empresa de comunicación que es un partido político, un emporio capaz de vender la política como espectáculo y de comprar. la política legalmente, en blanco, con salarios a líderes de opinión y colaboradores.Giuliano Ferrara, telepredicador berlusconiano, airea la teoría de un golpe de Estado al alimón por el presidente Oscar Luigi Scalfaro y los magistrados. Si éstos sospechan que Berlusconi está implicado en el pago de 380 millones de liras (unos treinta millones de pesetas) para sobornar a los inspectores del fisco, Confalonieri responde: "¿Y qué son 380 millones de liras en un grupo que mueve 11 billones?".

Sobre todo, ¿qué son unos pocos fiscales de Milán en comparación con los millones de italianos que pueden votar por Berlusconi? "Si gano las elecciones [Scalfaro] me tendrá que encargar formar Gobierno. Esto es una democracia y, mientras no haya una sentencia firme que prevea la interdicción de cargo público, no veo obstáculos", proclama el interesado. Pasará una década antes de la sentencia firme.

Al juicio penal, Berlusconi opone el juicio político, el "juicio divino de la soberanía popular", y el juramento "por la cabeza" de sus hijos. El empresario, procesado por presuntas fechorías cometidas en los negocios, usa su breve carrera política para negar la posibilidad de un proceso justo.

Parece difícil que Alianza Nacional y los otros socios del Polo de la Libertad sigan a Berlusconi en esa vía. Pero hay un problema, que expone el ex democristiano Rocco Buttiglione: "Con Berlusconi, quizás no ganemos, pero es seguro que, sin él, perderemos".

Una providencial ayuda para Il Cavaliere viene de la izquierda, que ha forzado que se debata mañana una moción de censura contra el ministro de Justicia, Filippo Mancuso. Promotor de inspecciones en los tribunales, Mancuso es el mejor sostén de las denuncias de parcialidad que Berlusconi dirige a los jueces. Si cae, el líder de Forza Italia podrá impedir la aprobación de los Presupuestos, haciendo caer al Gobierno de Lamberto Dini. Y podrían coincidir la campana para las elecciones en marzo y el juicio a Berlusconi.

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