Andreotti, en el banquillo

Un notable juicio penal que se está desarrollando en Palermo ha cautivado la atención de un público italiano ya conmovido por una sucesión, de escándalos de corrupción. En el banquillo se sienta Giulio Andreótti, que fue siete veces primer ministro y estuvo situado en el centro del poder en Italia desde 1947. La acusación sostiene que Andreotti fue durante años el aliado y protector secreto de la Mafia siciliana. Otros llegan a afirmar que puede haber sido cómplice de asesinatos políticos. (...)Sin embargo, en este caso se juzga mucho más que la reputación de un político de primera fila. Lo qu...

Un notable juicio penal que se está desarrollando en Palermo ha cautivado la atención de un público italiano ya conmovido por una sucesión, de escándalos de corrupción. En el banquillo se sienta Giulio Andreótti, que fue siete veces primer ministro y estuvo situado en el centro del poder en Italia desde 1947. La acusación sostiene que Andreotti fue durante años el aliado y protector secreto de la Mafia siciliana. Otros llegan a afirmar que puede haber sido cómplice de asesinatos políticos. (...)Sin embargo, en este caso se juzga mucho más que la reputación de un político de primera fila. Lo que en realidad se somete a juicio es todo el orden político de la Italia de posguerra, personificado en Andreotti. (...) Andreotti alcanzó la cúspide en una era en la que Washington intentaba urgentemente evitar que el Partido Comunista Italiano, el mayor de Europa occidental, compartiera el poder en la nación. Esto le dio a Andreotti una fortaleza extra que explotó con astucia. De este modo, durante la mayor parte de los años de posguerra un solo e inmanejable partido dominó la política italiana, supuestamente porporcionando un marco estable para un crecimiento económico auténtico. Sin embargo, él poder permanente también condujo a la corrupción, al despilfarro y a cargos creíbles de complicidad criminal con el submundo siciliano. (...) Pocos echarán de menos el abandono del sistema que Andreotti llegó a encarnar.

6 de octubre