Reportaje:

Intxaurrondo ya tiene el fajín de Galindo

Un centenar de guardias rinden homenaje en San Sebastián al nuevo general de la Guardia Civil

Enrique Rodríguez Galindo no pudo realizar su deseo de que le impusieran el fajín de general en el cuartel de Intxaurrondo (San Sebastián), pero al menos ha podido cumplir la promesa que hizo a sus guardias: desde ayer, ese fajín está depositado en el cuartel donostiarra, y más concretamente alrededor de una imagen de la Virgen del Pilar situada en la capilla del complejo que acoge a casi un millar de guardias civiles. "Se queda ahí para que cuando vayáis a esa capilla tan querida os acordéis de mí", les dijo Galindo a sus hombres.El nuevo general, que había recibido en Madrid el fajín el ...

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Enrique Rodríguez Galindo no pudo realizar su deseo de que le impusieran el fajín de general en el cuartel de Intxaurrondo (San Sebastián), pero al menos ha podido cumplir la promesa que hizo a sus guardias: desde ayer, ese fajín está depositado en el cuartel donostiarra, y más concretamente alrededor de una imagen de la Virgen del Pilar situada en la capilla del complejo que acoge a casi un millar de guardias civiles. "Se queda ahí para que cuando vayáis a esa capilla tan querida os acordéis de mí", les dijo Galindo a sus hombres.El nuevo general, que había recibido en Madrid el fajín el pasado 18 de septiembre de manos del ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, convirtió el acto de ayer en la verdadera fiesta de su ascenso. En el homenaje, estrictamente privado, participaron un centenar de personas. La mayoría eran guardias civiles que, aunque destinados ya en otros puntos de España, estuvieron a las órdenes de Galindo en los 15 años en los que éste ha permanecido en Intxaurrondo. Pero también había una pequeña representación de cargos públicos civiles y un grupito de ciudadanos que se sumaron al acto previo pago de 4.000 pesetas por el almuerzo, servido por una empresa de restauración. Menú: entremeses fríos, crema de cigalas al armagnac, solomillo asado con guarnición, tarta y helado. Vinos y cava.

El lugar elegido para el banquete fue el comedor de guardias solteros. El amplio salón. había sido previamente decorado. La mesa presidencial estaba adornada con un centro de flores rojas y amarillas; en otras tres largas mesas también se colocaron claveles con los colores de la bandera de España.

Junto al general tomaron asiento el delegado del Gobierno, José Antonio Aguiriano; el ex gobernador civil de Guipúzcoa José Ramón Goñi Tirapu; el nuevo jefe de Intxaurrondo, el teniente coronel José Ignacio Laguna, y el comisario de Policía de Guipúzcoa, Emilio Monge.

Entre el pequeño grupo de ciudadanos donostiarras figuraban el ex presidente del PSE PSOE Fernando Múgica y la ex concejal del PP Carmen Busca, compañera de grupo municipal de Gregorio Ordóñez, el político del PP asesinado por ETA. Busca comentó que muchas personas no se habían atrevido a participar en el homenaje-despedida por miedo. "Muchos no están aquí por no querer salir en la foto en estos momentos con el general Rodríguez Galindo", señaló.

No asistió al acto el gobernador civil de Guipúzcoa, Juan María Jáuregui, quien se encontraba en otro acto oficial junto al lehendakari, José Antonio Ardanza.

El delegado del Gobierno, José Antonio Aguiriano, glosó en repetidas ocasiones la figura del ahora general y se dirigió a él para decirle. que ha sido víctima de "la campaña promovida por los malvados de siempre, por los estúpidos e ignorantes". Y añadió. "Han tratado de concentrar a través de tu persona el odio por el rechazo que sienten hacia las Fuerzas de Seguridad del Estado que están en el País Vasco".

Aguiriano fue más allá en su discurso y dijo: "Frente a los ataques que has sufrido, creo que la verdad resplandecerá siempre, y la verdad y la historia harán posible que este pueblo vasco sea al fin libre". Los autores de los ataques contra Galindo son, según Aguiriano, víctimas del odio.

El delegado aludió también a la frase que pronunció Rodríguez Galindo al recibir su fajín el mes pasado -dijo que había. llevado hasta el final el lema del "todo por la patria"- y comentó que tal frase fue interpretada "de la forma más negativa por esos espíritus malévolos y mezquinos".

El general Enrique Rodríguez Galindo pronunció ante sus guardias civiles un discurso en el que hizo un breve repaso a los 15 años que ha estado destinado en Intxaurrondo y a cómo se desarrolló su vida familiar. "No os olvidaré. ¡Que viva Intxaurrondo!", fueron sus últimas frases, coreadas por los comensales.

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