Blair confía más en la revolución tecnológica que en las nacionalizaciones

Sesenta millones de británicos, y no unos pocos miles de delegados y militantes, fueron ayer el objetivo del discurso que el líder laborista, Tony Blair, pronunció en el segundo día del congreso de su partido. Blair, afirmó que su deseo de cambio del viejo al nuevo laborismo tiene un único objetivo: "El renacimiento de una nación". Para lograrlo apostó por la necesidad de llevar a cabo, en la educación y en la industria, una inmersión profunda en la revolución informática.

"Mi idea del socialismo no tiene nada que ver con nacionalizaciones o un Estado poderioso", comenzó diciendo el...

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Sesenta millones de británicos, y no unos pocos miles de delegados y militantes, fueron ayer el objetivo del discurso que el líder laborista, Tony Blair, pronunció en el segundo día del congreso de su partido. Blair, afirmó que su deseo de cambio del viejo al nuevo laborismo tiene un único objetivo: "El renacimiento de una nación". Para lograrlo apostó por la necesidad de llevar a cabo, en la educación y en la industria, una inmersión profunda en la revolución informática.

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"Mi idea del socialismo no tiene nada que ver con nacionalizaciones o un Estado poderioso", comenzó diciendo el líder laborista para los que todavía pudieran albergar alguna duda sobre sus intenciones. "socialismo para mí es un conjunto de valores que nos hacen sentirnos miembros de una misma familia, una comunidad, una misma raza humana", continuó Blair, convencido de obtener la aprobación de las viejas y nuevas glorias del partido que le escuchaban atentas en el inmenso salón de actos, en Brighton, donde el partido celebra su congreso anual.En un tono a caballo entre el predicador televisivo y el líder político, un Tony Blair vestido con traje oscuro y flanqueado por la plana mayor laborista se dirigió a las masas que le escuchaban embelesadas, dispuestas a acoger con aplausos y risas cada gran frase, cada broma, para desvelar su idea de un moderno Reino Unido. Blair abogó por la inmersión. del país en la nueva era tecnológica que despunta en todo el mundo. Una era que basará el desarrollo y la riqueza no tanto en la industria como en la tecnología informática, y que permitirá, según citó Blair, controlar desde Aberdeen (al norte de Escocia) el funcionamiento de una plataforma petrolífera en el golfo de México.

Muchos de los presentes en el salón de actos de Brighton no compartirían, sin embargo, la idea de un socialismo que pasa ente para Tony Blair por la urgente transformación de un Estado de bienestar en el que "vive la mitad del país, mientras la otra mitad paga por ello". Por esto, la llegada de esa nueva y "joven nación" requiere, advirtió, una primera fase de desmantelamiento de la vieja. Las propuestas desveladas por su partido no muy alejadas de algunas iniciativas tories- se basan en la "movilización" de los parados hacia el trabajo y la mejor cualificación de los jóvenes del Reino Unido.

Las críticas a los conservadores ocuparon menos espacio esta vez, aunque Blair no pudo reprimir una mención al planeta Portillo, en alusión a la línea dura representada por el ministro de Defensa, Michael Portillo, quizá su oponente conservador en las próximas elecciones generales.

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