Políticas lingüísticas
Una bofetada. Una bofetada es lo que hemos sentido muchos ante el editorial titulado Rikardo Blázkez, grafía en la que, por cierto, sobra el acento. AI margen de la opinión que cada cual pueda tener sobre las competencias requeridas para ser obispo, periodista o encofradores evidente que las políticas lingüísticas crean siempre tensiones. En nuestras manos está el intentar suavizarlas. Flaco favor hace este periódico a la convivencia en nuestra sociedad cuando la defensa del euskera es entendida como una traba para encontrar trabajo o como una via para obtener ventajas, y no como la respuesta ...
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Una bofetada. Una bofetada es lo que hemos sentido muchos ante el editorial titulado Rikardo Blázkez, grafía en la que, por cierto, sobra el acento. AI margen de la opinión que cada cual pueda tener sobre las competencias requeridas para ser obispo, periodista o encofradores evidente que las políticas lingüísticas crean siempre tensiones. En nuestras manos está el intentar suavizarlas. Flaco favor hace este periódico a la convivencia en nuestra sociedad cuando la defensa del euskera es entendida como una traba para encontrar trabajo o como una via para obtener ventajas, y no como la respuesta natural por parte de los poderes públicos para satisfacer unos derechos elementales de sus ádministrados.-