RELIGIÓN

El Papa acepta el cese del arzobispo de Viena para frenar la crisis

Juan Pablo II aceptó ayer el cese como arzobispo de Viena del cardenal Hans Hermann Groer acusado de haber abusado sexualmente de algunos menores en un seminario, hace 20 años, y escribió una carta a los obispos austriacos en la que el Pontífice dice que "quiere confiar en que la mayor parte de los fieles austriacos ( ... ) no permita que la cizaña de la sospecha, de la crítica y de la discordia pueda revaler en su comunidad".

La medida tiende, pues, directamente a cerrar el escándalo y la consiguiente crisis desatada entre los católicos de Austria, aunque, por supuesto, sin renunci...

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Juan Pablo II aceptó ayer el cese como arzobispo de Viena del cardenal Hans Hermann Groer acusado de haber abusado sexualmente de algunos menores en un seminario, hace 20 años, y escribió una carta a los obispos austriacos en la que el Pontífice dice que "quiere confiar en que la mayor parte de los fieles austriacos ( ... ) no permita que la cizaña de la sospecha, de la crítica y de la discordia pueda revaler en su comunidad".

La medida tiende, pues, directamente a cerrar el escándalo y la consiguiente crisis desatada entre los católicos de Austria, aunque, por supuesto, sin renunciar a la defensa del purpurado principalmente afectado, al que el Papa expresa su "gratitud por el fiel y generoso servicio eclesial" tras constatar que "el cardenal Groer se dispone a dejar el Gobierno" de su diócesis "por haber alcanzado limites de edad".

"El venerado arzobispo de Viena, primero, y a continuación otros obispos han sido acusados públicamente, sin tener en cuenta su dignidad, no ya eclesial, sino simplemente humana", señala Juan Pablo II en otro momento de su carta, en el que expresa su solidaridad a los obispos de Austria frente a los "violentos ataques a la honorabilidad" que han recibido.

Formalmente, el cardenal Hans Hermann Groer presentó la dimisión como obispo de Viena el 13 de octubre de 1994, al cumplir 75 años, siguiendo una práctica que es habitual en la Iglesia católica. Pero el Papa no se la había aceptado, siguiendo otra costumbre también extendida de mantener a los prelados en funciones incluso duran te años, tras su jubilación teórica.

Denuncias

Las denuncias contra el purpurado se produjeron el 26 de marzo de 1995, y ayer llegó la aceptación pontificia de la dimisión presentada hace casi un año. El retraso de este trámite no se debe a un problema de sucesión, como el que ha bloqueado, por ejemplo, la dirección de la diócesis de Bilbao. A Groer le sucede su coadjutor, Christoph Schonborn, según anunció también ayer el Papa.Groer es un dominico con fama de ultraconservador, y espiritualista, muy en la linea dominante vaticana. Las primeras denuncias contra él fueron publicadas por el semanario Profil en base a varios testimonios y, sobre todo, a la declaración de una presunta víctima de los abusos, un ex alumno del cardenal en el seminario de Holibarunn, hoy homosexual y enojado por las críticas despectivas que es el obispo Groer había expresado contra los que viven ese tipo de conducta. Posteriormente, se produjeron otras denuncias contra otros prelados, incluido Schonborn, el sucesor de Groer.

Juan Pablo II inició ayer el Viaje internacional número 67 de su pontificado y el 11 a Africa, donde el sabado se entrevistará, con el presidente Nelson Mandela.

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