Cartas al director

Críticas a Villapalos

Recién pasada la selectividad, cuando la Universidad salta a los medios, nos gustaría dar nuestro más sentido pésame a todos los universitarios de la Comunidad de Madrid.Después de años de perpetrar el rectorado de la Complutense, el señor Gustavo Villapalos ha ascendido a consejero de Educación de la Comunidad. Ya se pueden echar a temblar los alumnos de la Autónoma, la Carlos III y demás centros de enseñanza universitaria de la región si este señor extiende a ellos su actuación en la Complutense.

Aparte de su acertada concesión del doctorado honoris causa al ...

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Recién pasada la selectividad, cuando la Universidad salta a los medios, nos gustaría dar nuestro más sentido pésame a todos los universitarios de la Comunidad de Madrid.Después de años de perpetrar el rectorado de la Complutense, el señor Gustavo Villapalos ha ascendido a consejero de Educación de la Comunidad. Ya se pueden echar a temblar los alumnos de la Autónoma, la Carlos III y demás centros de enseñanza universitaria de la región si este señor extiende a ellos su actuación en la Complutense.

Aparte de su acertada concesión del doctorado honoris causa al ingeniero de finanzas Mario Conde, se ha dedicado, si no estaba bastante colapsado, a convertir el campas en autopista y centro comercial, a gastarse el presupuesto en cursillos de verano de cara a la galería (El perfume como símbolo cultural. Esencias milenarias. Del 12 al 14 de julio de 1995, con participación de Loewe, Marie-Claire, Vogue, Elle... ¡Por favor!, ¿qué tiene que ver esto con una universidad?) y otros desatinos sin fin.

A la vez, el principal objetivo de una universidad, que es preparar a sus alumnos de cara al empleo, la investigación, la política o el arte, ha caído a niveles abisales de abandono.

Nuestra propia experiencia como alumnos de úItimo curso de la Facultad de Físicas se resume en una sola palabra: ¡estafa! Los alumnos son el último mono en una atmósfera. de rencillas interdepartamentales, arbitrariedades en las calificaciones, así como, salvo honrosas excepciones, una negligencia impresentable en la enseñanza.

Tal vez suene duro o malintencionado, pero nos consta que es la sensación general de los alumnos de este antro.

Así que desanimamos, sí, a todos los que realizan la selectividad. Aquí no van a animarles, sino todo lo contrario, van a ignorarlos, a hundirlos y, aunque no sea así, cuando acaben, a base de esfuerzo, van a alucinar con el panorama, sobre todo si están tan locos de entrar en la carrera de Físicas.

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Esto es lo que hay, pero conocemos a universitarios de otros países de Europa, y ésta no es la única universidad posible.-

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