El tribunal de Múnich atenúa la condena en el juicio del plutonio por la provocación de la policía alemana

a Audiencia Provincial de Múnich condenó ayer a los ciudadanos españoles Javier Bengoechea, de 61 años (tres años de cárcel), Julio Oroz, de 50 (tres años y nueve meses),y al colombiano Justiniano Torres, de 38, a cuatro años y 10 meses, por haber participado en un intento de compraventa e introducción de plutonio en Alemania el pasado 10 de agosto. Los jueces de Múnich consideraron atenuante el hecho de que el contrabando de plutonio salió adelante gracias a un típico montaje policial. El tribunal computará para el cumplimiento de la pena el tiempo pasado ya en prisión: casi un año.

Lo...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

a Audiencia Provincial de Múnich condenó ayer a los ciudadanos españoles Javier Bengoechea, de 61 años (tres años de cárcel), Julio Oroz, de 50 (tres años y nueve meses),y al colombiano Justiniano Torres, de 38, a cuatro años y 10 meses, por haber participado en un intento de compraventa e introducción de plutonio en Alemania el pasado 10 de agosto. Los jueces de Múnich consideraron atenuante el hecho de que el contrabando de plutonio salió adelante gracias a un típico montaje policial. El tribunal computará para el cumplimiento de la pena el tiempo pasado ya en prisión: casi un año.

Los tres acusados aceptaron la sentencia y afirmaron por medio de sus defensores que no presentarán recurso. Tampoco la Fiscalía de Múnich recurrirá la sentencia. Al concluir el proceso del plutonio ayer en la capital bávara, el vasco Bengoechea daba muestras de satisfacción y repetía entre sonrisas a los que le rodeaban: "Muchas gracias, muchas gracias". El colombiano Torres se mostró reservado y con la expresión hierática de siempre.El navarro Oroz dio muestras de excitación y nerviosismo, tardó unos segundos en decidir si acataba la sentencia y, después de que el tribunal desalojara la sala, se dirigió en voz muy alta y gesto alterado al cónsul general de España en Múnich, Luis Gómez de Aranda. Oroz se quejaba de que no se hubiese tenido en consideración que actuó "amenazado de muerte" por los españoles y rusos implicados en la venta del plutonio y aseguró que habló de forma abierta por teléfono durante las transacciones con la esperanza de que la policía le escuchase e impidiese el negocio. Decía Oroz que informaría a las autoridades españolas y solicitó del cónsul ayuda para cumplir la pena en España.

El juez se detuvo en la explicación de las penas y su graduación. La Ley de Control de Armas de Guerra, en la que se basa la condena, prevé para, tales delitos penas que oscilan entre uno y diez años. Consideró el tribunal en favor de los acusados su carencia de antecedentes penales, su desesperada situación económica al implicarse en el negocio, el hecho de que la operación estuviera en todo momento bajo control de los organismos policiales y la confesión de culpabilidad de los tres acusados.

En contra de los condenados estimó el tribunal el largo periodo de tiempo durante el que se desarrolló el delito; que hubiesen actuado de forma consciente, y la peligrosidad para la vida de las personas del material con el que traficaban, radiactivo y apto para la fabricación de armas nucleares, aunque no en las cantidades introducidas en Alemania.

La mayor condena al colombiano Torres se justifica por el hecho de haber sido el autorprincipal del delito y el contacto con los proveedores del plutonio en Rusia. Bengoechea salió mejor librado porque en las negociaciones de Múnich se mantuvo al margen y permaneció hasta el final en la capital bávara con la esperanza de cobrar la comisión por el negocio. El 10 de agosto del año pasado la policía de Baviera le detuvo en un hotel de Múnich y, después interceptó en el aeropuerto a Oroz y Torres. El colombiano llegaba de Moscú con 363 gramos de plutonio en un maletín. El piloto del avión de la compañía Lufthansa que le trajo a Alemania acaba de presentar una demanda contra las autoridades responsables de no haber impedido que se llevase a cabo ese transporte de material radiactivo en un vuelo regular.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Espionaje exculpado

El juez exculpó a las autoridades policiales y al espionaje alemán (BND) por haber llevado el plutonio a Alemania, aunque dijo que tanto la policía de Baviera como la Fiscalía de Múnich se habían movido "en una frontera peligrosa". El hecho de haber permitido que la transacción se llevase a cabo en Múnich lo atribuyó el juez al deseo de los soplones Rafa, español, y Roberto, alemán, de cobrar la recompensa, y añadió que estos agentes actuaron sin el conocimiento de sus superiores. El juez mencionó que en su declaración el confidente Roberto había acusado a Rafa de ser un "cazador de recompensas", lo que, según el tribunal, también se puede atribuir al propio Roberto.

Archivado En