EL 'CASO GAL'

Planchuelo implica a Barrionuevo en los GAL

El ex jefe de Policía de Bilbao declara ante el juez Garzón que la guerra sucia se diseñó desde Interior

Miguel Planchuelo, ex jefe superior de Policía de Bilbao, implicó ayer al ex ministro del Interior José Barrionuevo en el secuestro, en 1993, de Segundo Marey y en las actividades de los GAL, durante la declaración que prestó por sorpresa ante el juez Baltasar Garzón. Según Planchuelo, el entonces gobernador civil de Vizcaya, Julián Sancristóbal, le contó que hablaba en estos casos "con las autoridades políticas de Madrid", donde, según el policía, "se diseñó la estrategia de los GAL", y que su interlocutor era Barrionuevo. Planchuelo, que también implicó al ex secretario de Estado Rafael Vera...

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Miguel Planchuelo, ex jefe superior de Policía de Bilbao, implicó ayer al ex ministro del Interior José Barrionuevo en el secuestro, en 1993, de Segundo Marey y en las actividades de los GAL, durante la declaración que prestó por sorpresa ante el juez Baltasar Garzón. Según Planchuelo, el entonces gobernador civil de Vizcaya, Julián Sancristóbal, le contó que hablaba en estos casos "con las autoridades políticas de Madrid", donde, según el policía, "se diseñó la estrategia de los GAL", y que su interlocutor era Barrionuevo. Planchuelo, que también implicó al ex secretario de Estado Rafael Vera y aportó detalles sobre la organización de los GAL, reconoció su relación con el secuestro de Marey, pero se escudó en que él se limitó a cumplir órdenes.

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Planchuelo se decidió a tirar de la manta el sábado, cuando Baltasar Garzón estaba de guardia en la Audiencia Nacional. Su abogado, José Aníbal Álvarez, se personó ante el magistrado a las 14.30 para informarle que su cliente deseaba comparecer ante él le antes posible. Garzón citó al fiscal jefe de la Audiencia, José Aranda, para que estuviese presente.Planchuelo, tras ser trasladado desde la cárcel de Guadalajara a Madrid, estuvo declarando de ocho de la tarde a una de la madrugada del domingo, cuando el juez interrumpió el interrogatorio para evitar un relato agotador. El comisario fue conducido de nuevo a la Audiencia Nacional a mediodía de ayer.

Al entrar en el edificio, en un gesto destinado a señalar el móvil de su comparecencia voluntariamente el juez, Planchuelo se cubrió el rostro con un ejemplar de El Periódico de Catalunya correspondiente al pasado jueves, mostrando la portada en la que se anunciaba en grandes caracteres que Vera saldría en libertad ese día. Estuvo más de tres horas ante el magistrado, informa Ricardo Villa. Sus revelaciones comprometen a Barrionuevo y a Vera.

Según declaró el abogado de Planchuelo, José Aníbal Álvarez García, su cliente saldrá de prisión hoy con un permiso sanitario de 15 días para recibir asistencia médica por sus problemas de artrosis degenerativa en la espalda. El próximo jueves está prevista la vista del recurso planteado por su defensa solicitando la libertad provisional. Planchuelo y Sancristóbal son los únicos de los 16 procesados por el caso GAL que aún están encarcelados.

Según fuentes próximas a la investigación, Planchuelo reconoció su implicación en el secuestro de Marey, pero también agregó que él no había diseñado los GAL, sino que se había limitado a cumplir las instrucciones de las autoridades políticas del Gobierno. Aseguró que su creencia es que entre éstas estaba el entonces ministro del Interior José Barrionuevo, que actualmente ocupa un escaño como diputado del PSOE.La gota que colmó el vaso

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Horas antes, durante su comparecencia de madrugada, el ex jefe de Policía de Bilbao había cargado contra Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad, quien la semana pasada salió de la cárcel de Alcalá-Meco (Madrid), después de que el PSOE hubiera constituido una fianza de 200 millones. Precisamente la excarcelación de Vera fue "la gota que colmó el vaso" de la paciencia de Planchuelo y lo que le decidió a confesar nuevos datos ante Garzón, según interpretan personas relacionadas con el caso.

Fuentes jurídicas otorgan gran valor a la declaración de Planchuelo, quien se convierte así en un importante testigo que refuerza tanto las versiones de los ex policías José Amedo y Michel Domínguez como el relato de los hechos que el juez instructor hace en el auto de procesamiento del caso GAL. Los mismos medios conceden tal importancia a las manifestaciones del comisario que, si se confirmaran plenamente, podrían suponer una "condena inevitable" para algunos de los inculpados.

Además del presunto agravio que ha supuesto la excarcelación de Vera para Miguel Planchuelo, otro de los detonantes de que éste se haya decidido a hablar ha sido la suspensión de empleo y sueldo que le impuso Interior hace un mes. Este hecho ha dejado a su familia en mala posición económica y ha obligado a alguno de sus tres hijos a trabajar de camarero.

Además, la familia deberá abandonar la vivienda oficial que ocupaba en Salamanca, donde Planchuelo ejercía el cargo de comisario provincial. Interior ha sacado a concurso este puesto, aunque el director general de la Policía, Ángel Olivares, tiene potestad para designarlo libremente entre los funcionarios de su confianza.

En la declaración de ayer estuvieron presentes, además del juez Garzón, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, José Aranda; el fiscal Pedro Rubira y el defensor del comisario. Al abogado de la acusación popular, José Luis Galán, no le fue permitida su asistencia al estar el sumario bajo secreto.

Según fuentes jurídicas, el comisario mencionó a José Barrionuevo; Francisco Álvarez, ex jefe del Gabinete de Operaciones Especiales de Interior; Rafael Masa, ex teniente coronel, expulsado de la Guardia Civil; Julián Sancristóbal, ex gobernador civil de Vizcaya y ex director general de Seguridad, y Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad.

Planchuelo, encarcelado desde el pasado 19 de diciembre, confesó que acudió a la casa de campo de Colindres (Cantabria) en la que Segundo Marey estuvo secuestrado durante 10 días después de ser secuestrado en Hendaya, confundido con el presunto etarra Mikel Lujua.

El ex jefe de policía de Bilbao dijo que su intervención consistió en montar una operación para proceder a la puesta en libertad de Marey. Relató que antes había estado presente en una reunión celebrada en el despacho de Francisco Álvarez, en la que Julián Sancristóbal y Ricardo García Damborenea, ex secretario general de los socialistas de Vizcaya, comentaron el error cometido con Marey y supuestamente informaron de ello a Rafael Vera.

En cambio, negó tener vinculación con los atentados terroristas perpetrados por los GAL en los bares franceses Batxoki, La Consolation y Monbar. En este último murieron cuatro personas.

Fuentes jurídicas opinan que las declaraciones del ex jefe de policía de Bilbao no supondrán ninguna modificación en la situación de Vera, quien ya está procesado como cooperador necesario en el secuestro de Marey, por facilitar presuntamente su financiación. Estas fuentes no creen que Vera vuelva a ser encarcelado, pese a que el ex policía Amedo sugirió tal eventualidad al conocer la puesta en libertad del ex secretario de Estado para la Seguridad.El presidente niega

Aunque cada vez se estrecha más el cerco en torno a altos cargos de Interior, el presidente del Gobierno, Felipe González, ha negado reiteradamente la implicación del Gobierno en la guerra sucia contra ETA. "Ésa es una hipótesis imposible ( ... ) y, por consiguiente, es imposible que algún día se pueda demostrar", declaró González hace meses.

En una entrevista concedida el pasado enero a Iñaki Galilondo en TVE, González declaró que "la cúpula de la lucha antiterrorista son funcionarios, no son Gobierno, pero son funcionarios que dependen del Gobierno en toda la lucha contra el terrorismo, y me parece que siempre han cumplido con absoluta lealtad".

Al ser preguntado por Gabilondo si un secretario de Estado como Vera no es parte del Gobierno, González replicó: "Sin duda es una responsabilidad próxima al Gobierno. Cuando se habla del Gobierno es el Gobierno". El jefe del Ejecutivo afirmó con rotundidad que ni toleró, ni consintió ni organizó los GAL.

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