Mueren tres mujeres al caer un autobús por puente desde la autopista A2

El Infierno. El nombre de un bar situado en El Papiol (Barcelona) resultó premonitorio. Junto a él cayó ayer -por un puente de más le 15 metros de altura- un autobús que viajaba por la autopista A-2 procedente de Barcelona y en dirección a Tarragona. Tres mujeres (Carlota Soler, María Pilar Arlaina y Judith Torruella) perdieron la vida y 23 personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad. El accidente se produjo cuando un camión -al que, según fuentes de la Jefatura Provincial de Tráfico, se le reventó una rueda- embistió por la derecha al autobús que circulaba correctamente.

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El Infierno. El nombre de un bar situado en El Papiol (Barcelona) resultó premonitorio. Junto a él cayó ayer -por un puente de más le 15 metros de altura- un autobús que viajaba por la autopista A-2 procedente de Barcelona y en dirección a Tarragona. Tres mujeres (Carlota Soler, María Pilar Arlaina y Judith Torruella) perdieron la vida y 23 personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad. El accidente se produjo cuando un camión -al que, según fuentes de la Jefatura Provincial de Tráfico, se le reventó una rueda- embistió por la derecha al autobús que circulaba correctamente.

Tras recibir el golpe del camión, el conductor del autocar, Abdón Balderich, intentó en vano controlar el vehículo con un golpe de volante, pero el autocar volvió a chocar, primero con otro camión y después con un turismo. Finalmente, se despeñó por el puente de la autopista y cayó en una riera."Hemos oído un terrible estruendo", explicó un trabajador del bar El Infierno. "Hemos salido inmediatamente a ver qué pasaba, y realmente era un horror. La gente gritaba y enseguida hemos ido a ayudarles". El autocar, propiedad de la compañía Hispania, de Reus, hacia regularmente la línea Barcelona-Tarragona-Salou.

"No fue culpa del conductor", afirmaba desde detrás de. un collar ortopédico Consolación García, de 43 años, pasajera del autobús que fue atendida de varios golpes en el Hospital General de Cataluña, en Rubí (Barcelona).

"Yo iba sentada en uno de esos asientos que tienen una mesa delante y he visto perfectamente cómo una enorme sombra negra se nos echaba encima. El conductor no ha podido evitarlo", añadió. "Cuando he visto el camión", seguía Consolación, "he pensado: ¡nos la damos!, y después del primer golpe, he creído que todo había terminado. y que era menos de lo que me esperaba. Entonces ha llegado lo peor: el autocar ha volcado y liemos caído al vacío".

Junto a Consolación, una cincuentena de personas viajaban en el autocar. De las tres víctimas mortales, dos eran vecinas de Tarragona y la. tercera de Barcelona. Otras 23 personas resultaron heridas de diversa consideración, la mayoría aquejadas de politraumatismos.

Los heridos fueron trasladados inmediatamente a varios hospitales de la zona y evolucionaban favorablemente. Agustín Batalla, de 25 años, uno de los heridos más graves, fue operado en el quirófano del Hospital General de las lesiones que se produjo, la más grave de ellas un traumatismo craneal.

Los otros dos heridos graves son el matrimonio holandés Marcel y Monique Van Sjaich, de 30 y 25 años, respectivamente. Ambos fueron ingresados en la residencia de Bellvitge.Conductores ilesos

Los conductores de los dos camiones implicados en el accidente, Mariano Cana y Francisco Rodríguez, resultaron ilesos, y el conductor del turismo, Manuel Fernández Jarria, fue trasladado con heridas de consideración al hospital de Martorell.

El jefe provincial de Tráfico de Barcelona, Antoni Riu, que se desplazó al lugar del accidente para seguir de cerca las tareas de ayuda, afirmó que el número de víctimas "ha sido menor de lo que se podía temer por la magnitud del accidente". Riu atribuyó este hecho a que la estructura del autocar no llegó a deformarse y, con ello, "evitó que los pasajeros fuesen aplastados" por el golpe.