LA FUERZA DEL TORRENTE.
La calle de Javier Fernández Golfín, de Pozuelo, se convirtió ayer en un torrente por la insuficiencia de un colector de agua y la falta de limpieza en la vía pública, pues los desperdicios lo taponaron. El torrente, desbocado, arrastró lo que encontraba a su paso, incluidas decenas de vehículos como el que figura en la fotografía. El fango y el agua entraron en los subterráneos y en las plantas de acceso de los chalés que bordean esta calle....
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La calle de Javier Fernández Golfín, de Pozuelo, se convirtió ayer en un torrente por la insuficiencia de un colector de agua y la falta de limpieza en la vía pública, pues los desperdicios lo taponaron. El torrente, desbocado, arrastró lo que encontraba a su paso, incluidas decenas de vehículos como el que figura en la fotografía. El fango y el agua entraron en los subterráneos y en las plantas de acceso de los chalés que bordean esta calle.
Archivado En
- Granizo
- Ayuntamientos
- Tormentas
- Riadas
- Lluvia
- Comunidades autónomas
- Pozuelo de Alarcón
- Administración local
- Administración autonómica
- Transporte urbano
- Viento
- Precipitaciones
- Provincia Madrid
- Inundaciones
- Comunidad de Madrid
- Desastres naturales
- Desastres
- España
- Meteorología
- Administración pública
- Transporte
- Sucesos
- Sociedad