Tacones enemigos

Unos seis millones y medio de españoles, según estiman los especialistas, tienen algún problema en los pies, relacionado fundamentalmente con los juanetes, la aparición de callosidades o reumatismos inflamatorios. De estos, la tercera parte requerirá atención médica y el 10% necesitará pasar por el quirófano. Los tacones altos son un peligroso enemigo: dos centímetros de altura suponen un aumento de la presión en los dedos y en el antepie de un 20%; con cinco centímetros, la presión aumenta un 57% y con ocho centímetros, un 76%. Andar en esas condiciones puede convertirse en una auténtica tort...

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Unos seis millones y medio de españoles, según estiman los especialistas, tienen algún problema en los pies, relacionado fundamentalmente con los juanetes, la aparición de callosidades o reumatismos inflamatorios. De estos, la tercera parte requerirá atención médica y el 10% necesitará pasar por el quirófano. Los tacones altos son un peligroso enemigo: dos centímetros de altura suponen un aumento de la presión en los dedos y en el antepie de un 20%; con cinco centímetros, la presión aumenta un 57% y con ocho centímetros, un 76%. Andar en esas condiciones puede convertirse en una auténtica tortura, si se tiene en cuenta que, por cada kilómetro y medio andado, cada pie soporta unas seis toneladas de peso. "Si aparecen callosidades en un pie es porque algo no marcha bien, porque si el apoyo del pie es normal, esto no tiene por que suceder", explica Luis Munuera. "El callo sale cuando la piel esta sometida a más presion de que la debe".La piel de la planta del pie es, además, un tejido insustituble, grueso y adaptado al apoyo, distinto a la de cualquier otra parte del cuerpo. Por esta razón no es posible hacer injertos en esta zona. Los expertos aconsejan utilizar un calzado que respete la postura de los dedos y elaborado con materiales que faciliten la transpiración. "La goma o las fibras sintéticas deben evitarse, porque reblandecen la piel, produciendo maceraciones que facilitan la aparición de gérmenes", apunta Celsor de Miguel.

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