Los veteranos del Golfo son más propensos a las afecciones crónicas

Los soldados norteamericanos que estuvieron en la guerra el Golfo tienen hasta 13 veces m posibilidades de contraer enfermedades crónicas que los que n fueron enviados a la zona d Golfo Pérsico. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta acaba de dar a conocer los resultados preliminares de un estudio en el que se comparan los historiales médicos de más de 3.900 veteranos de la guerra con los otros soldados.A pesar de estos resultados, doctor William Reeves, que ha supervisado el estudio, se muestra cauteloso en extremo: "Yo no diría que existe un síndrome de la guerra ...

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Los soldados norteamericanos que estuvieron en la guerra el Golfo tienen hasta 13 veces m posibilidades de contraer enfermedades crónicas que los que n fueron enviados a la zona d Golfo Pérsico. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta acaba de dar a conocer los resultados preliminares de un estudio en el que se comparan los historiales médicos de más de 3.900 veteranos de la guerra con los otros soldados.A pesar de estos resultados, doctor William Reeves, que ha supervisado el estudio, se muestra cauteloso en extremo: "Yo no diría que existe un síndrome de la guerra del Golfo. Lo que ocurre es que la gente que fue al Golfo ha vuelto con problemas crónicos de salud. Los problemas son significativamente más comunes entre los que estuvieron allí que entre los que no fueron. Ahora tenemos que explicar por qué",

Hasta el momento, 59.000 veteranos se han dado de alta en registro del síndrome de la guerra del Golfo, que incluye una docena de enfermedades, desde diarrea, dolor en las articulaciones y agotamiento hasta pérdida de memoria y dificultades digestivas.

Anteriores estudios y testimonios, además de evocar la posibilidad de contagio a los cónyuges de los veteranos y de investigar el elevado número de niños nacidos con anormalidades y defectos, han sugerido entre las causas la exposición prolongada a humo de los incendios de los pozos de petróleo, el polvo de uranio de los blindados y las municiones, el efecto de pesticidas y administración de vacunación equivocadas o los efectos secundarios de pastillas contra gases nerviosos y armas químicas biológicas.

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