Madrid habló de Madrid

El PP prescindió de los escándalos nacionales en su batalla electoral contra los socialistas

Como Luis Roldán no se presentaba a las elecciones locales y regionales -circunstancia que recalcó el aspirante Leguina para evitar que durante la campaña los asuntos nacionales privaran de luz las cosas de casa-, Madrid habló de Madrid. Como los sondeos confirmaron la victoria absoluta del PP durante los 14 días de campaña, los sindicatos -UGT y CC OO- se rompieron las manos firmando manifiestos de apoyo a las candidaturas de IU y PSOE para torpedear el anunciado triunfo de la derecha. Y como el bolsillo sigue siendo determinante para comer, las promesas electorales sobre creación de empleo i...

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Como Luis Roldán no se presentaba a las elecciones locales y regionales -circunstancia que recalcó el aspirante Leguina para evitar que durante la campaña los asuntos nacionales privaran de luz las cosas de casa-, Madrid habló de Madrid. Como los sondeos confirmaron la victoria absoluta del PP durante los 14 días de campaña, los sindicatos -UGT y CC OO- se rompieron las manos firmando manifiestos de apoyo a las candidaturas de IU y PSOE para torpedear el anunciado triunfo de la derecha. Y como el bolsillo sigue siendo determinante para comer, las promesas electorales sobre creación de empleo inundaron la escena.Han sido dos semanas de intensa campaña. Los candidatos no se desgastaron en arengas de plaza pública, sino en debates de radio y televisión entreverados de mil entrevistas.Aunque los principales colectivos de Madrid figuran en todos los libros de promesas, recibieron un trato desigual durante la campaña:

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Parados. El paro, por enésima vez, se apuntó a la campaña electoral y se sirvió de primer plato en los debates. La promesa extraordinaria de los políticos regionales se escribió con muchos ceros. Felipe González, hace 10 años, anunció 800.000 empleos más en España. Ruiz Gallardón, ahora, garantiza 200.000 parados menos en la Comunidad de Madrid. Y la izquierda -IU y PSOE-, en la recta final de la campaña, subió la apuesta "porque la del PP era claramente insuficiente". Sin embargo, la competencia de las instituciones madrileñas para resolver la falta de trabajo es escasa: el Plan de Empleo Regional ha generado en cuatro años 5.678 puestos de trabajo, el 0,5% de las colocaciones registradas en ese periodo.Si el aspirante cuenta con el plan de empleo regional para crear 200.000 ejemplos, necesitará casi 40 años para cumplir su promesa.

Los 300.000 madrileños apuntados al paro suponen el 7,5% de los ciudadanos con derecho a voto -la Comunidad de Madrid tiene 4.081.929 mayores de 18 años.

Jóvenes. Los comicios locales y regionales tendrán 366.000 nuevos votantes. Estos jóvenes, que nacieron entre 1973 y 1977, podrán estrenarse en la elección de alcalde y presidente regional el próximo 28 de mayo. Los mensajes políticos apenas se han referido a este 9% de electores, aunque no han faltado fiestas pagadas con veinteañeros que adoraban a su aspirante como si fuera Bruce Springsteen.

Ancianos. Otros 800.000 electores (20%) superan los 65 años. Las disputas políticas entre los que ansían la presidencia regional olvidaron los problemas de la tercera edad. En sus promesas de campana, los candidatos no incluyeron residencias de ancianos, pese a que los cálculos de los expertos apuntan unas necesidades próximas a las 30.000 plazas. Las promesas a este colectivo no salieron de los programas electorales.

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Sin piso. La segunda fila de los debates se llenó de, ladrillos. En la Comunidad, según demógrafos y urbanistas, hacen falta entre 20.000 y 30.000 pisos cada año. El problema de la escasez de viviendas también animó la campaña, aunque los tres grandes partidos coincidieron en sus recetas. La tensión apareció cuando Alberto Ruiz Gallardón afeó la gestión de Leguina recordándole que en 1986, la Comunidad contrató a Carlos Sotos, ex gerente de PSV que sigue encarcelado por su presunta responsabilidad en la quiebra de la cooperativa. El trabajo por el que fue pagado era lo de menos.

Automovilistas. La Comunidad de Madrid tiene registrados 2.456.000 vehículos. Sus propietarios también fueron presa codiciada en campaña. Todos los partidos anuncian medidas para los automovilistas. A favor, las del Partido Popular en el Ayuntamiento: más túneles subterráneos. En contra, las de la izquierda municipal: cerrar la Casa de Campo al tráfico privado, prohibir la circulación por determinadas calles de la capital que se reservan al transporte público, más aceras y menos calzadas en el centro, etcétera.

Usuarios del metro. Los que visitan el metro -donde se registran más de 1,5 millones de viajes cada día- tendrán 25 kilómetros nuevos, si gana la izquierda regional, o 48,1, si el PP toca la mayoría absoluta. Los túneles para el transporte colectivo atraparon minutos decisivos en los debates.

Ecologistas. Unos 70.000 madrileños militan en asociaciones y grupos que defienden el medio ambiente. La incineradora de Valdemingómez, construida para quemar una parte de la basura que produce Madrid, separó a los candidatos. La izquierda prometió cerrarla; el PP cumplirá todas las normas para abrirla.

Contribuyentes. A los 2.489.048 residentes en la capital con derecho a voto, el PP y el PSOE les prometieron la congelación de impuestos. Izquierda Unida se atrevió contra los comerciantes de las zonas ricas de Madrid: les subirá los impuestos por encima de la inflación anual para rebajar la cuota de los empresarios de los barrios más pobres. Ruiz Gallardón prometió rebaja fiscal a todos los industriales: por nueva empresa, amnistía de dos años, y en cualquier caso un 50% menos en el recargo autonómico del impuesto de actividades económicas.

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