Cartas al director

Iluminados de provincias

"Escribir en Madrid es llorar", afirmó quien acaso fue el único escritor realmente memorable que España tuvo en la primera mitad del pasado siglo. Ser un "iluminado de provincias" -por utilizar la justa expresión con que Félix Bayón se refiere a Manolo Falces en el encarte de EL PAÍS de Andalucía (16 de mayo de 1995- es morir asesinado por asfixia.Manolo Falces, además de ser él mismo un gran artista, realizó en Almería -ciudad que, culturalmente, es como el vecino desierto de Tabernas- el proyecto Imagina, que trajo a estas latitudes a muchos extraordinarios fotógrafos, como el viejo m...

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"Escribir en Madrid es llorar", afirmó quien acaso fue el único escritor realmente memorable que España tuvo en la primera mitad del pasado siglo. Ser un "iluminado de provincias" -por utilizar la justa expresión con que Félix Bayón se refiere a Manolo Falces en el encarte de EL PAÍS de Andalucía (16 de mayo de 1995- es morir asesinado por asfixia.Manolo Falces, además de ser él mismo un gran artista, realizó en Almería -ciudad que, culturalmente, es como el vecino desierto de Tabernas- el proyecto Imagina, que trajo a estas latitudes a muchos extraordinarios fotógrafos, como el viejo maestro Cartier Bresson, y que sirvió para crear el Centro Andaluz de Fotografía, por él dirigido hasta hace poco. Falces, víctima de mezquindades burocráticas, se ha visto obligado a dejar la dirección de ese centro, que es enteramente obra suya. No tiene sustituto pensable. Miseria de la provincia. Falces es colaborador asiduo de este periódico en su edición nacional. Por eso quisiera dejar en ella testimonio del ninguneo del que viene siendo objeto por parte de los más romos o sórdidos burócratas.-

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