Tribuna:

"Que el periódico sea respetuoso con todos

Tanto en los contactos telefónicos como en la correspondencia escrita, los lectores han empezado a interesarse menos por los errores ortográficos del diario -aunque les siguen molestando como las moscas en verano- y más por sus contenidos. Y se ha abierto, con algunos de ellos, a través del Defensor del Lector, un diálogo incluso con los mismos redactores que podría contribuir a un mejor conocimiento mutuo.Entre los lectores, que acuden quejosos a este departamento hay, lógicamente, de todo: desde quienes se sienten con el derecho de injuriar y creen tener siempre razón a quienes, aun critican...

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Tanto en los contactos telefónicos como en la correspondencia escrita, los lectores han empezado a interesarse menos por los errores ortográficos del diario -aunque les siguen molestando como las moscas en verano- y más por sus contenidos. Y se ha abierto, con algunos de ellos, a través del Defensor del Lector, un diálogo incluso con los mismos redactores que podría contribuir a un mejor conocimiento mutuo.Entre los lectores, que acuden quejosos a este departamento hay, lógicamente, de todo: desde quienes se sienten con el derecho de injuriar y creen tener siempre razón a quienes, aun criticando a veces con dureza nuestros presuntos fallos, admiten que han podido equivocarse.

Un ejemplo de este talante democrático de un lector fuertemente dolido por algunas frases de una información de este diario -pero que reconoce que ha podido tratarse de una mala interpretación- es el de José Antonio Sastre Rubio, de Segovia, quien expresa su "inquietud" ante el artículo aparecido en el periódico el día 10 de abril firmado por nuestro compañero Jesús Duva. Según el lector, "se establece en él una relación directa entre el caló y la delincuencia", o, al menos, "así lo entiendo yo", dice, "al identificar romaní' con Jerga del hampa o carcelaria". Y añade: "Es duro leer textualmente: 'Nunca ha ocultado [el comisario] su amistad con gitanos, quinquis y gentes de mal vivi?. Artículos de este estilo contribuyen a marginar todavía más lo que ya está bastante al margen... Los tópicos se suceden uno tras otro: gitanos y quinquis son delincuentes; su lengua no es más que una jerga utilizada única y exclusivamente para engañar".

El lector reconoce, sin embargo, que quizá su interpretación del artículo de Duva sea "sesgada y excesiva", y añade: "Quiero pensar que el señor Duva no pretendía transmitir estas ideas y que su idea era totalmente la contraria y que la intención del periodista no era peyorativa hacia los gitanos o hacia los quinquis. Pero eso es lo que me preocupa. Tenemos tan asumidos los tópicos, étnicos en este caso, que inconscientemente nos afloran y no somos capaces de controlarlos. En los tiempos que corren, con la intolerancia avanzando a pasos agigantados, la inconsciencia es tanto o más peligrosa. que actitudes claramente racistas y discriminatorias".

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El lector se duele de que en este caso yo no hubiese actuado "de oficio" ante la lectura del artículo en cuestión -mientras me había preocupado ¿te si nuestro crítico hotelero había falseado la verdad afirmando que un hotel sevillano carecía de espejo en los baños de la habitación-, y hace una petición: "Haga lo posible por detectar todo aquello que no facilite la convivencia y que favorezca la intolerancia. Haga un esfuerzo constante por contribuir desde su trabajo a mantener un periódico respetuoso con todos".

Y empiezo a responder, por esto último: este Defensor del Lector no había actuado de oficio porque estaba seguro dé que Duva en ningún momento había tenido la intención de denigrar a los gitanos. Por la sencilla razón de que el periodista ha sido en varias ocasiones acusado gravemente por personas de indudables tendencias xenófobas, incluso anónimamente, de defender y amparar excesivamente a los inmigrantes y a los marginados en sus numerosos reportajes sobre el tema.

Y ha sido el mismo Duva, interpelado por este departamento, quien ha querido abrir el diálogo con el señor Sastre para explicarle sus razones, con la misma sinceridad que usa el lector en su carta.

Duva quiere que el lector sepa enseguida una cosa: "Nada más lejos de mi ánimo que el querer ofender a los gitanos ni a ninguna otra persona". Y añade: "Puedo asegurar que escribí el artículo con suma delicadeza y deliberadamente entresaqué párrafos del libro escrito por el comisario Jesús García Ramos para mostrar el interés con que éste se había acercado al lenguaje, de la marginación. Aunque no sé si acerté o no en mi intención". Y añade: "Al decir gentes de mal vivir no me estaba refiriendo, como presume el lector, a delincuentes. Nada más lejos de mi intención. Me refería a personas que malviven por culpa de sus escasos medios".

El Defensor del Lector cree recordar además que la frase fue acuñada por Carlos III cuando se refería en una de sus leyes a "murcianos y gentes de mal vivir", y desde entonces es una frase hecha.

Duva explica: "Deliberadamente escogí párrafos en los que el comisario García Ramos mostraba gran agradecimiento y respeto hacia las personas cuyo idioma había estudiado. En modo, alguno creo. haber identificado la lengua gitana con la jerga carcelaria. Simplemente intentaba decir que los delincuentes se han apropiado de palabras del habla de los gitanos, igual que otros clanes utilizan el castellano tergiversadamente, disponiendo así de un sistema de comunicación críptico para el resto de los ciudadanos. Y no creo que los castellanohablantes encuentren en esto motivo para quejarse de que se les iguala a todos con los delincuentes". Y concluye: "Puedo asegurar al lector que mi inténción era precisamente mostrar mi, respeto hacia esas culturas y esos pueblos, y lamentaría no haber sabido transmitirlo así".Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al número (91) 337 78 36.

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