Una nueva avería en un gasoducto de Rusia causa, una tremenda explosión

La república ártica de Komi (Rusia), escenario en otoño pasado de una gran catástrofe ecológica provocada por el vertido de petróleo de un oleoducto, se vio envuelta ayer en otro episodio que causó pánico entre la población. La tremenda explosión de un gasoducto provocó que la gente de las localidades cercanas al lugar de la avería, a 18 kilómetros del centro petrolero de Ujtá, saliera despavorida a las calles pensando que había estallado una guerra. Un piloto japonés dijo que había visto cómo las llamas subían hasta 6.000 metros de altura.

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La avería, causada aparentemente...

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La república ártica de Komi (Rusia), escenario en otoño pasado de una gran catástrofe ecológica provocada por el vertido de petróleo de un oleoducto, se vio envuelta ayer en otro episodio que causó pánico entre la población. La tremenda explosión de un gasoducto provocó que la gente de las localidades cercanas al lugar de la avería, a 18 kilómetros del centro petrolero de Ujtá, saliera despavorida a las calles pensando que había estallado una guerra. Un piloto japonés dijo que había visto cómo las llamas subían hasta 6.000 metros de altura.

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La avería, causada aparentemente por una chispa surgida al destruirse una pequeña porción del gasoducto Ujtá-Torzhok, causó un enorme incendio en el bosque colindante, adonde se dirigieron las unidades de bomberos de tres ciudades. La explosión no causó víctimas.En el poblado de Vodni, a 10 kilómetros de la avería, la gente salió corriendo presa de pánico en plena noche (alrededor de las dos de la madrugada, hora local), pues pensaron que había estallado una guerra. Testigos presenciales dijeron que las llamas se elevaban a cientos de metros y que las explosiones que en otras ocasiones había habido no tenían comparación con ésta.

El mal estado de los conductos por los que fluye el petróleo y el gas en Rusia ha causado diversos accidentes en los últimos tiempos, algunos de los cuales amenazan con convertirse en auténticos desastres ecológicos.

Es el caso de la avería ocurrida el año pasado en un oleducto de Usinsk -también en la república de Koini, a unos 300 kilómetros al norte del lugar de la explosión de ayer-, en la que se vertieron más de 100.000 toneladas de petróleo. El Banco Mundial acaba de dar a Rusia un crédito de 12.500 millones de pesetas para ayudar a combatir el accidente de Usink, ya que con el deshielo los ríos pueden llevar la contaminación hasta el mar de Barents, en el frágil océano Ártico.

"Avería normal"

Los funcionarios de la empresa Gazprom, desmintieron tanto las informaciones del avión japonés que volaba de Frankfurt a Tokio como las de los testigos, y trataron de minimizar el accidente. El piloto japonés de las líneas aéreas JAL dijo en una rueda de prensa en Tokio que las nubes ante él se había vuelto rojas por las llamas.

Según los portavoces de Gazprom, Ias llamas en el momento de la avería no superaban los 20 metros y bajaron rápidamente a medida que el gas se quemaba". Además, "sería incorrecto interpetrar la avería en la zona de Ujtá como un acontecimiento extraordinario", declaró Igor Yevséyev, representante de Gazprom. "Averías semejantes suceden de tiempo en tiempo tanto en Rusia como en otros países del mundo", agregó.

Moscú informó a Washington sobre la explosión, después de que un satélite espía norteamericano detectara una gran bola de fuego después de la avería. En la capital estadounidense, fuentes del servicio de espionaje reconocieron que en un principio se mostraron preocupados por la magnitud de las llamas.

Rusia es el principal productor y exportador de gas, y uno de los principales exportadores de petróleo. La noticia sobre la explosión del gasoducto hizo subir los precios del crudo, ya que se temió en un principio que podría afectar las ventas rusas de estos productos energéticos a Occidente, pero Gazpron reaccionó rápidamente, asegurando que las exportaciones de gas no sufrirán debido a la avería y que el gasoducto será reabierto en las próximas 24 horas. El incidente también fue seguido por una subida del dólar mientras en los mercados financieros de Tokio corrió el rumor de que la causa había sido una explosión nuclear.

Los daños, según los cálculos de la empresa Gazprom, que tiene el monopolio de la extracción y la exportación de gas en Rusia, sólo ascienden a unos de cinco millones de pesetas.

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