Cartas al director

Un negociado

El día 29 del pasado mes de marzo recibimos comunicación del Ayuntamiento de Madrid, Área de Economía y Hacienda, en la que nos informaban que, una vez efectuada la liquidación definitiva de una determinada tasa que en su día ingresamos, procedían a devolvernos 36.017 pesetas, añadiendo textualmente que, "para cobrar la cantidad que se les devuelve, deberán comparecer en el Negociado de Devoluciones de la Intervención General (calle de Sacramento, 1, bajo, 28005 Madrid), de 9.00'a 1.30, de lunes a viernes?'.Por ser, la devolución a favor de una entidad jurídica y aunque no se hacía referencia ...

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El día 29 del pasado mes de marzo recibimos comunicación del Ayuntamiento de Madrid, Área de Economía y Hacienda, en la que nos informaban que, una vez efectuada la liquidación definitiva de una determinada tasa que en su día ingresamos, procedían a devolvernos 36.017 pesetas, añadiendo textualmente que, "para cobrar la cantidad que se les devuelve, deberán comparecer en el Negociado de Devoluciones de la Intervención General (calle de Sacramento, 1, bajo, 28005 Madrid), de 9.00'a 1.30, de lunes a viernes?'.Por ser, la devolución a favor de una entidad jurídica y aunque no se hacía referencia a la necesidad, de presentarlos, acudí, con mis poderes solidarios como director general de la empresa, a dicha sección; allí me informaron que debía desplazarme a la calle Mayor, número 83, a fin de que su Asesoría Jurídica bastantease dichos poderes. Ante mi protesta, me dijeron que otra solución sería que yo hiciera un papel autorizándome a mi mismo a, cobrar dicha cantidad, preguntándome si llevaba un sello de la. empresa, a lo que contesté que, evidentemente, no lo suelo llevar encima.

Solicité ver al jefe de negociado, y me atendió una persona a la que, después de explicarle el problema y hacerle ver que en la carta recibida no se especificaba que se debiese aportar autorización alguna, y que aun así yo les presentaba un poder notarial -que en mi opinión, debe ser algo más consistente que un papel con un sello de caucho-, en cualquier caso, haciéndome entrega de un cheque nominativo, no habría ningún problema, porque sólo se podría cobrar por la empresa mediante su abono en cuenta; su respuesta fue que ellos sólo pagan en efectivo y que siempre se atienen a las normas, mostrándome a continuación un voluminoso manual. Ante mi pregunta de si él era realmente el jefe del negociado, me confesó que no y me condujo ante otra persona a la que de nuevo volví a informar; tras intentar buscar una salida, me dijo que la única solución era pagarnos por transferencia, si bien en esto tardarían 20-o 25 días.

Después de llegar a esta solución, me acompañó a otro negociado, donde me entregaron un formulario para que lo rellenase con los datos de mi banco y... ¡¡lo llevase al mismo, para que pusieran el conforme a los datos y lo devolviese al Ayuntamiento!! Ante mi estupefacción, me dijo que era necesario por si me equivocaba al poner los datos de la cuenta y les devolvían la transferencia.

Todo esto, que está resumido, me ocupó una hora y 40 minutos y no cobré. La reflexión que se deduce es que si los funcionarios no fueran los únicos seres vivientes que en este país tienen el puesto de trabajo asegurado, estoy seguro de que tendrían más diligencia, iniciativa e imaginación, siendo, por tanto, más eficientes los organismos oficiales.-

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