Cartas al director

Indefensión

A pesar de pertenecer a Europa, de pensar que vivimos en un país desarrollado, moderno, con unos servicios (en teoría) acordes al nivel socioeconómico del país, aún se siguen produciendo agresiones (en el mejor sentido) al sufrido consumidor (todos nosotros) que nos hacen sentirnos desprotegidos, engañados e impotentes. Yo, sin ir más lejos, he sufrido en mis propias carnes esta situación.Una empresa, General Electrónica de Circuitos (GEC), según reza en la publicidad que tan alegremente introducen en los buzones, dedicada a la asistencia técnica especializada de televisión, vídeo, etcétera,...

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A pesar de pertenecer a Europa, de pensar que vivimos en un país desarrollado, moderno, con unos servicios (en teoría) acordes al nivel socioeconómico del país, aún se siguen produciendo agresiones (en el mejor sentido) al sufrido consumidor (todos nosotros) que nos hacen sentirnos desprotegidos, engañados e impotentes. Yo, sin ir más lejos, he sufrido en mis propias carnes esta situación.Una empresa, General Electrónica de Circuitos (GEC), según reza en la publicidad que tan alegremente introducen en los buzones, dedicada a la asistencia técnica especializada de televisión, vídeo, etcétera, reparación inmediata. Un televisor estropeado. Una llamada a la citada empresa. Y que comience el espectáculo.

Recogen el televisor, acepto la reparación y al cabo de unos días un transportista lo lleva a mi domicilio.

Pago la correspondiente factura (algo más de, 15.000 pesetas). Sorpresa. Sigue sin funcionar.

Se lo lleva (en garantía). Transcurre el tiempo. Se repite la historia.

Y así hasta cuatro veces más.

Con llamadas telefónicas a la empresa, pérdida de tiempo y cabreo general.

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Decidido a dar por zanjado el asunto, me acerco hasta el domicilio que figura en la factura que nos entregaron la primera vez que llevaron el televisor a casa, y cuál no sería, mi sorpresa cuando uno de los recepcionistas de esta empresa nos dice que el televisor tiene otra avería diferente y para repararlo es requisito indispensable el abono de otras seis mil y pico pesetas.

Tras más de una hora de discusión con el encargado de recepción, opto por ejercer mis derechos y presento una hoja de reclamaciones. La denuncia está en trámite en el Ayuntamiento.

Y mi televisor está en los talleres de esta empresa, sin reparar.

Han transcurrido casi dos meses desde la primera vez que les llamé para reparar la avería. Y todavía no veo la luz...-

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