Dos españoles entre las 59 víctimas del Airbus que se estrelló nada más despegar de Bucarest

Todo sucedió en tres minutos. Un Airbus de la compañía nacional rumana Tarom en vuelo a Bruselas que despegó del aeropuerto internacional de Bucarest poco después de las nueve de la mañana sólo logró elevarse unos 500 metros. A las 9.11 (hora local, una hora menos en España) y tras una o dos explosiones, según distintos testigos, el avión se estrelló en un campo nevado cerca de la localidad de Balotesti. No hubo supervivientes en el peor accidente de la historia de la aviación en Rumania. Los bomberos tardaron hora y media en sofocar el incendio. Después vieron restos mutilados de los 59 ocupa...

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Todo sucedió en tres minutos. Un Airbus de la compañía nacional rumana Tarom en vuelo a Bruselas que despegó del aeropuerto internacional de Bucarest poco después de las nueve de la mañana sólo logró elevarse unos 500 metros. A las 9.11 (hora local, una hora menos en España) y tras una o dos explosiones, según distintos testigos, el avión se estrelló en un campo nevado cerca de la localidad de Balotesti. No hubo supervivientes en el peor accidente de la historia de la aviación en Rumania. Los bomberos tardaron hora y media en sofocar el incendio. Después vieron restos mutilados de los 59 ocupantes -dos de ellos españoles- diseminados. La compañía de aviación sólo descartó el fallo humano como la causa de la catástrofe.

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"Descarto categóricamente un fallo de los pilotos. No excluyo ninguna hipótesis, incluida una explosión en vuelo", declaró Nicolae Brutaru, el director general de Tarom. Añadió que, aunque estaba nevando, ése tampoco parecía el motivo. No dio más explicaciones sobre el peor accidente de la historia de la aviación civil en Rumania.El ferroviario Valentin Mocanu es el testigo que ofrece más detalles del accidente. "Pasé mucho miedo. Primero oí y vi una explosión en el aire. El avión volaba muy bajo y tenía la cola incendiada. Hubo una segunda explosión al precipitarse contra el suelo. Ésa fue la mayor", relató a Radio Total. Otros testigos sólo recuerdan una explosión. La televisión rumana, citando fuentes aeronáuticas, descartó que se produjese una explosión antes de que se estrellase el aparato.

Poco después del accidente, la policía cerró durante tres horas el aeropuerto de vuelos interiores, a seis kilómetros del aeropuerto internacional de Otopeni, por un aviso de bomba. En realidad, el país vive últimamente bajo la obsesión de atentados. En este mes se han producido amenazas de bomba en el aeropuerto de Otopeni y en las sedes de los tribunales, de un diario y de varios colegios. El pasado día 15, un Boeing 737 de la compañía Tarom, en vuelo de Bucarest a Bruselas, tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia en Timisoara tras recibir una amenaza de bomba. Los servicios de inteligencia rumanos han enviado instrucciones a las autoridades de todos los aeropuertos nacionales para estrechar la vigilancia sobre posibles terroristas. Algunos observadores especulan con la posibilidad de que diversas organizaciones mafiosas estén provocando este clima de atentados

La noticia llegó a Bruselas bastante después. El aterrizaje estaba previsto para las 10.45 horas. Los familiares de los 32 pasajeros belgas del avión siniestrado vieron como, un cuarto de hora después, el panel anunciaba la cancelación del vuelo. Media hora más tarde les informaron de la catástrofe. Las autoridades belgas acusaron después a las rumanas de la demora en la información del siniestro. El aeropuerto negó haber facilitado la información con retraso. Uno de los belgas fallecidos era el cónsul de su país en Rumanía.

El español Emilio Hap, funcionario de la Unión Europea y miembro de la Real Academia de Ciencias Económicas; su segunda esposa, Mariana, de nacionalidad rumana, y la hija de ambos, Laura, de ocho años, con pasaporte español, fallecieron en el accidente. Ocho rumanos, tres estadounidenses, un holandés, un francés, un tailandés y los diez miembros de la tripulación completaban el pasaje.

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