Los investigadores acaban los rastreos en Busot sin hallar la tercera bala que mató a Lasa y Zabala

Los agentes que investigan el asesinato de los presuntos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala finalizaron ayer los rastreos en tomo a la fosa donde fueron hallados los cadáveres sin lograr hallar la tercera bala utilizada para matar a las víctimas. La última autopsia realizada ha determinado que los jóvenes fueron ejecutados con tres disparos, de los que hasta ahora sólo se han localizado dos balas. La investigación se centró en el abrupto paraje de Foia de Coves, en la montaña de Busot.Los encargados de descubrir la autoría del secuestro, tortura y asesinato de Lasa y Zabala no tie...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los agentes que investigan el asesinato de los presuntos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala finalizaron ayer los rastreos en tomo a la fosa donde fueron hallados los cadáveres sin lograr hallar la tercera bala utilizada para matar a las víctimas. La última autopsia realizada ha determinado que los jóvenes fueron ejecutados con tres disparos, de los que hasta ahora sólo se han localizado dos balas. La investigación se centró en el abrupto paraje de Foia de Coves, en la montaña de Busot.Los encargados de descubrir la autoría del secuestro, tortura y asesinato de Lasa y Zabala no tienen dudas al respecto: el proyectil localizado el martes junto a la fosa de Busot, en la que fueron hallados los cadáveres en 1985, fue utilizado para asesinar a alguno de ellos. Así lo dijo ayer el inspector jefe Jesús García García, quien consiguió identificar los restos de Lasa y Zabala un decenio después de que se hallaran. El inspector, tras batir una zona de dos kilómetros en torno a la fosa, declaró: "Falta un tercer proyectil, pero no lo hemos encontrado", Según su hipótesis, a uno de los presuntos etarras "le dispararon dentro de la fosa, ya que un proyectil fue encontrado en ella en 1985, y a otro le dispararon fuera".

El proyectil encontrado el pasado martes a menos de dos metros de donde estaban enterrados Lasa y Zabala ha sido remitido al departamento de balística del Cuerpo Nacional de Policía, en Madrid, para realizar un análisis que confirme las sospechas.

Fuentes policiales explicaron que esa segunda bala no se buscó en su día ante el convencimiento de que sólo uno de los jóvenes había recibido un disparo en la cabeza. Una autopsia más reciente, sin embargo, señala que ambos recibieron un tiro de gracia, aunque a uno de los cráneos le falta el fragmento donde impactó el proyectil. La juez encargada del caso, Carmen Menárguez, ha pedido a la Guardia Civil que le entregue la bala encontrada en 1985, una de las pruebas principales que no tiene en su poder. Tanto el juez que en 1985 instruyó el caso, José Manuel García Villalba, como el jefe del cuartel de la Guardia Civil de Busot en esa época, Cruz Espinosa Menciá, se mostraron sorprendidos por los nuevos hallazgos, informa Efe. Espinosa está en la reserva activa y reside en Alicante.

El juez mostró su sorpresa porque, según dijo, la Guardia Civil cribó entonces todo el terreno, en una operación que le consta que fue correcta. Espinosa señaló que "se rastreó todo lo que se pudo rastrear".

Por otra parte, los encargados de la investigaciones tratan de aclarar si otro cadáver hallado el 28 de abril de 1990 en la partida de Fuentelamorca, en el término municipal de Tuejar (Valencia), tiene relación con las actividades de los GAL. Ese día, un ciudadano descubrió los restos de un hombre maniatado y enterrado en cal viva, de unos 40 años y 1,70 de estatura, asesinado a golpes en el cráneo, La víctima, según fuentes de la Guardia Civil, tenía la "nariz estrecha, mala dentadura y el cabello de color castaño oscuro".

Esta persona, que había muerto "15 o 30 días antes de su hallazgo", no ha sido identificada. Según fuentes de la Guardia Civil, este caso no tiene relación con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), ya que habían dejado de actuar en estas fechas, informa Jesús Duva.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La Guardia Civil descarta que otro cadáver sin identificar, encontrado el 9 de abril de 1984 en Alfara de Algimia (Valencia), tenga relación con los GAL. La víctima, entre 30 y 35 años, estaba enterrada en una "profunda fosa" y tenía dos tiros de escopeta. El fallecido vestía camisa clara, jersey verde y corbata de cuadros.

Archivado En