Toque de queda en Hebrón para evitar choques por el asesinato de dos colonos

El Gobierno israelí envió ayer refuerzos policiales a Hebrón e impuso el toque de queda en esa ciudad cisjordana para evitar choques y represalias judías tras el asesinato, en la noche del domingo, de dos colonos por extremistas palestinos. Tanto el Gobierno de Isaac Rabin como portavoces de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) condenaron enérgicamente el ataque contra los judíos y se comprometieron a seguir trabajando en la aplicación de su plan de paz.

El atentado fue atribuido a extremistas islámicos que han jurado sabotear el proyecto de paz y vengar la muerte de 29...

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El Gobierno israelí envió ayer refuerzos policiales a Hebrón e impuso el toque de queda en esa ciudad cisjordana para evitar choques y represalias judías tras el asesinato, en la noche del domingo, de dos colonos por extremistas palestinos. Tanto el Gobierno de Isaac Rabin como portavoces de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) condenaron enérgicamente el ataque contra los judíos y se comprometieron a seguir trabajando en la aplicación de su plan de paz.

El atentado fue atribuido a extremistas islámicos que han jurado sabotear el proyecto de paz y vengar la muerte de 29 palestinos asesinados en la mezquita de Hebrón por el colono judío norteamericano Baruc Goldstein hace poco más de un año.Fue una operación bien planeada. Los atacantes tendieron una emboscada a un autobús de colonos en un cruce de caminos cerca del asentamiento de Kiryat Arba y lo rociaron de balas antes de darse a la fuga. Cinco colonos, entre los que se encontraba un niño de 12 años, resultaron heridos. Un palestino que se vio atrapado en la línea de fuego también quedó herido.

Minutos después del ataque, decenas de colonos judíos asaltaron negocios y gasas de palestinos en Hebrón al grito de "¡Muerte a los árabes!" y "¡Muerte a Rabin!", en una ex plosión más de ira contra los residentes de la ciudad cisjordana y contra el Gobierno del primer ministro laborista, empeñado en llevar adelante su plan con la OLP.

El toque de queda sólo afecta a la población árabe de Hebrón. Un comandante del Ejército israelí dijo que la medida buscaba, esencialmente, separar a los palestinos de los 450 colonos que viven atrincherados en varios puntos de la ciudad bíblica. Hebrón es escenario de constantes fricciones entre árabes y judíos ultranacionalistas, cuya presencia allí se ha convertido en un anatema para el Gobierno.

En Jerusalén, la policía detuvo a 14 extremistas israelíes que participaban en una manifestación no autorizada contra el Gobierno de Rabin.

En Kiryat Arba, donde viven 4.500 colonos judíos, el jefe del consejo municipal, ZviKatzover, exigió el cese inmediato del diálogo con la OLP y acusó al Gobierno de "rendirse frente al terrorismo". Ayer, sin embargo, resultaba evidente que israelíes y palestinos trataban de minimizar el impacto político del episodio. "Los terroristas que cometieron el atentado quieren atrasar [el proceso de paz], pero no lo conseguirán", declaró el ministro de medio ambiente Yossi Sarid, una de las principales figuras de la delegación israelí en las negociaciones con los palestinos.

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