Una cuenta secreta llevó al hospital a Grachov

El ministro de Defensa ruso, Pável Grachov, que se encuentra hospitalizado y cuya destitución parece inminente, enfermó después de la reunión del Consejo de Seguridad celebrada, el 25 de enero, en la que el presidente, Borís Yeltsin, le presentó un documento que prueba que en 1992 el Ministerio de Defensa abrió en un banco extranjero una cuenta que no controlaba el Gobierno', afirmó ayer el diario Segodnia.

La cuenta, según el periódico liberal, fue abierta en una filial del Deutsche Bank en un barrio berlinés. El saldo máximo fue de unos 2.800 millones de pesetas, sin que...

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El ministro de Defensa ruso, Pável Grachov, que se encuentra hospitalizado y cuya destitución parece inminente, enfermó después de la reunión del Consejo de Seguridad celebrada, el 25 de enero, en la que el presidente, Borís Yeltsin, le presentó un documento que prueba que en 1992 el Ministerio de Defensa abrió en un banco extranjero una cuenta que no controlaba el Gobierno', afirmó ayer el diario Segodnia.

La cuenta, según el periódico liberal, fue abierta en una filial del Deutsche Bank en un barrio berlinés. El saldo máximo fue de unos 2.800 millones de pesetas, sin que existiera ninguna resolución oficial que permitiera al Ministerio de Defensa realizar semejantes operaciones financieras.

El dinero de la cuenta, según los informadores de Segodnia, procede de la venta de bienes militares que pertenecían a la desaparecida Organización del Pacto de Varsovia (OPV). Precisamente en 1992, Rusia debía evacuar de los depósitos que había en los países de Europa Oriental su cuota de "reservas materiales".

En los depósitos de Bulgaria había una gran cantidad de combustible, municiones, armas y técnica militar, que económicamente no era rentableevacuar a Rusia, además de ser difícil de realizar desde el punto de vista técnico. Por ello, estos bienes fueron vendidos y el dinero fue a parar a la cuenta del Deutsche Bank.

Grachov trató de culpar de todo al general Vasili Voroviov, jefe de la Dirección de Presupuesto y Financiación del Ministerio de Defensa, pero no logró convencer al presidente de que él no tenía conocimiento de la cuenta y de que no estaba relacionado con esas operaciones financieras.

Los pecados financieros de Grachov son sólo un pretexto para poder librarse de él. La verdadera causa de la caída de Grachov -si es que se produce- hay que buscarla en la guerra de Chechenia.

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