Cometas y asteroides

Un cometa es una bola de nieve sucia, según el astrónomo Fred Whipple, que vio confirmada su definición cuando la sonda Giotto pasó rozando el cometa Halley en 1986, la primera vez en la historia que se pudo observar un cometa de cerca.Un asteroide, por su parte, sólo se diferencia de un planeta en su tamaño. Por pura convención, un asteroide es un cuerpo rocoso que puede tener hasta 1.000 kilómetros de diámetro, el tamaño de Ceres, el mayor de todos los conocidos.

En el sistema solar, la inmensa mayoría de los asteroides, miles de ellos, probables restos de un cataclismo, circun...

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Un cometa es una bola de nieve sucia, según el astrónomo Fred Whipple, que vio confirmada su definición cuando la sonda Giotto pasó rozando el cometa Halley en 1986, la primera vez en la historia que se pudo observar un cometa de cerca.Un asteroide, por su parte, sólo se diferencia de un planeta en su tamaño. Por pura convención, un asteroide es un cuerpo rocoso que puede tener hasta 1.000 kilómetros de diámetro, el tamaño de Ceres, el mayor de todos los conocidos.

En el sistema solar, la inmensa mayoría de los asteroides, miles de ellos, probables restos de un cataclismo, circundan el Sol en un cinturón situado entre Marte y Júpiter. Pero hay otros, como Quirón, que están mucho más allá.

El universo no se deja clasificar fácilmente en cajoncitos; el sistema solar tampoco. A medida que aumentan las posibilidades de observación desde la Tierra, convergen las definiciones de asteroide y cometa.

El cometa Shoemaker-Levy tenía una cola bien visible, pero de su choque este verano con el inmenso planeta. Júpiter los astrónomos han deducido que tenía un núcleo rocoso, o sea, que no era un puro cometa; ahora resulta que de Quirón, un supuesto asteroide, emanan chorros de polvo.

No va a haber más remedio que cambiar las definiciones.

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