El líder del partido nacionalista Istiqlal, probable primer ministro marroquí
Un portavoz de la Casa Real marroquí anunció al líder del partido nacionalista Istiqlal, Mohamed Buceta, de 69 años, que se "prepare" para ser nombrado próximamente nuevo primer ministro del Gobierno real alauí, según fuentes políticas de Rabat. Así se lo comunicó el jueves a Buceta el consejero de Hasan II, Reda Guedira, en una entrevista que ambos celebraron en presencia del líder de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) -que junto al Istiqlal integra la actual oposición parlamentaria-, Mohamed El Yazgy.El Gobierno marroquí pidió ayer al Parlamento la convocatoria de una sesión esp...
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Un portavoz de la Casa Real marroquí anunció al líder del partido nacionalista Istiqlal, Mohamed Buceta, de 69 años, que se "prepare" para ser nombrado próximamente nuevo primer ministro del Gobierno real alauí, según fuentes políticas de Rabat. Así se lo comunicó el jueves a Buceta el consejero de Hasan II, Reda Guedira, en una entrevista que ambos celebraron en presencia del líder de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) -que junto al Istiqlal integra la actual oposición parlamentaria-, Mohamed El Yazgy.El Gobierno marroquí pidió ayer al Parlamento la convocatoria de una sesión especial el próximo lunes sin dar detalles de los motivos de la misma, informa Reuter. En medios políticos se especulaba con la posibilidad de que el nombramiento de Buceta estuviera detrás de la petición de esta sesión especial.
El rey Hasán II anunció el pasado 14 de octubre que el próximo Gobierno marroquí estaría dirigido por un primer ministro "salido de las fuerzas de la oposición". Tras este anuncio, el soberano y los líderes opositores emprendieron una serie de consultas para la formación de ese eventual nuevo Gobierno. Estas consultas no habían fructificado hasta ahora, sin embargo, debido a las divergencias entre ambas partes sobre los integrantes del nuevo Ejecutivo, y la política de Gobierno que aplicaría.
Mientras la oposición pretendía acaparar en el nuevo Gobierno carteras hasta ahora reservadas a la Corona -como Interior y Exteriores- y la aplicación de un programa de Gobierno reformista, el monarca exigía seguir teniendo bajo su control los principales centros de decisión del Ejecutivo, y postergar las reformas solicitadas por la oposición.