El acuerdo tripartito para el Gobierno vasco se ampliará a municipios y diputaciones

El acuerdo tripartito alcanzado entre el PNV, PSE-EE y EA para la formación del Ejecutivo vasco se extenderá también a los gobiernos municipales y a las diputaciones resultantes de las elecciones locales de mayo. Los socialistas, que a lo largo del proceso negociador del tripartito rechazaron reiteradamente la pretensión del PNV de prolongar esa afianza que puede asegurar a estos últimos el control de las diputaciones y de los principales ayuntamientos, accedieron a última hora para no quedar descolgados de las futuras afianzas institucionales.

El presidente del PSE-EE, José María Ben...

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El acuerdo tripartito alcanzado entre el PNV, PSE-EE y EA para la formación del Ejecutivo vasco se extenderá también a los gobiernos municipales y a las diputaciones resultantes de las elecciones locales de mayo. Los socialistas, que a lo largo del proceso negociador del tripartito rechazaron reiteradamente la pretensión del PNV de prolongar esa afianza que puede asegurar a estos últimos el control de las diputaciones y de los principales ayuntamientos, accedieron a última hora para no quedar descolgados de las futuras afianzas institucionales.

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El presidente del PSE-EE, José María Benegas, transmitió a José Antonio Ardanza su abierta disposición a la extensión del tripartito inmediatamente después de que los negociadores nacionalistas acababan de renunciar a tal exigencia para facilitar la incorporación del PSE-EE al Gobierno. Ayer, tras la decisión del comité nacional de los socialistas de integrarse en el gabinete Ardanza, las tres formaciones se reunieron por la tarde en Ajuria-Enea, sede de la Presidencia, para establecer los criterios de aplicación futura del pacto.El criterio del PNV es que los partidos se comprometan a apoyar a la lista más votada a la hora de elegir a los diputados generales y alcaldes, pero tanto el PSE-EE como EA plantean, a su vez, la adopción de criterios compensadores que les garanticen la presencia institucional en diputaciones y ayuntamientos. Los tres partidos estudiaron igualmente la redacción consensuada de determinadas cuestiones de los apartados de pacificación y política lingüística del programa de Gobierno en los que persisten diferencias. También planteó problemas la demanda de EA de contar, a expensas del PNV, con uno de los tres senadores que deberá designar el nuevo parlamento vasco, con lo que podría contar con grupo parlamentario propio en la Cámara alta. Pese a todo, pasada la medianoche los tres partidos lograron cerrar el acuerdo programático.

Si como parece, no existen ya problemas sobre el reparto de carteras -la duda de EA, elegir entre Educación y Cultura, parece haberse solventado a favor de la primera de estas consejerías- y el programa se encuentra prácticamente perfilado, la investidura de José Antonio Ardanza como lehendakari puede producirse antes de final de año, posiblemente el 29. En la semana siguiente, el nuevo presidente del Gobierno vasco juraría ante el árbol de Gernika y quedaría constituido formalmente el nuevo gabinete.

Ramón Jáuregui, secretario general del PSE-EE, admitió ayer que el reparto de carteras les ha dejado "insatisfechos" pero negó que los socialistas aceptaran la última oferta (Economía, Planificación y Comercio Exterior) por una "opción de apego al poder". Los socialistas vascos estarán en el próximo Gobierno Vasco junto al PNV y EA para evitar un gobierno más nacionalista, inestable y de derechas" e impedir que el Partido Popular (PP) se convierta en el eje de la política vasca y condicione desde la oposición el nuevo Ejecutivo. "Asumimos la responsabilidad de lo que, pensamos, es una demanda general del país y de nuestro electorado", dijo Jáuregui, quien llamó en la noche del lunes a Felipe González para transmitirle la decisión de suscribir el tripartito. La respuesta del presidente del Gobierno fue inequívoca: "Actuar con plena libertad".

Sobre las posibles alianzas, el secretario de los socialistas vascos, apeló a la inevitabilidad de acoplarse al PNV y a lo beneficioso de esa entente cordiale para el País Vasco y España: "No podemos pactar con nadie que no sea el PNV. Con el PP es imposible, con HB no queremos y con los de IU no podemos". En este sentido, el PP les acusó ayer de ser un "apéndice del nacionalismo vasco, y de entrar en el Ejecutivo de, Ardanza a cualquier precio".

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Parar al PP

Sobre la mesa; Benegas y Jáuregui pusieron los "logros" de la negociación: un "programa so.cialdemócrata", con una política de mantenimiento del Estado del Bienestar, la lucha contra el fraude fiscal y una política de empleo y de relación con los sindicatos.Además no se podía ceder protagonismo al Partido Popular en la política vasca, interesado como está en desalojar al PSE-EE del poder. Dispuesto a apoyar y, a la vez, condicionar la política del PNV-EA desde la oposición, el PP tenía como interés último limar el enfrentamiento con los nacionalistas vascos y conseguir un giro en su política española tras el previsible éxito electoral de José María Aznar en mayo, según interpretó ayer Jáuregui.

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