El tribunal del caso del 'ertzaina' pateado acepta vídeos como prueba

El tribunal que desde ayer juzga a los 17 jóvenes acusados de patear a un ertzaina (policía vasco) en 1993 rechazó la nulidad de las pruebas videográficas, solicitada por dos defensas por una presunta vulneración de derechos fundamentales. El presidente de la Audiencia de Bilbao invocó jurisprudencia del Tribunal Supremo y el Convenio Europeo de Derechos Humanos para resolver que no había una "vulneración clara y patente" de tales derechos como para declarar la nulidad previa a la vista oral.

El tribunal aparcó la decisión final sobre la validez probatoria de vídeos hasta la sentenc...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El tribunal que desde ayer juzga a los 17 jóvenes acusados de patear a un ertzaina (policía vasco) en 1993 rechazó la nulidad de las pruebas videográficas, solicitada por dos defensas por una presunta vulneración de derechos fundamentales. El presidente de la Audiencia de Bilbao invocó jurisprudencia del Tribunal Supremo y el Convenio Europeo de Derechos Humanos para resolver que no había una "vulneración clara y patente" de tales derechos como para declarar la nulidad previa a la vista oral.

El tribunal aparcó la decisión final sobre la validez probatoria de vídeos hasta la sentencia. Las defensas de 14 de los 17 acusados de propinar una paliza al ertzaina Ander Susaeta el 20 de agosto de 1993 centraron con sus cuestiones previas la discusión jurídica en la prueba nuclear del proceso: los vídeos.La letrada Arantza Zulueta, ante el vacío legal en esta materia, intentó hacer un paralelismo con los pasos que legalmente deben seguirse en el caso de las escuchas telefónicas para que éstas sean consideradas como pruebas válidas ante un tribunal. Recordó que en el caso del ertzaina, las filmaciones se realizaron sin orden judicial, y sin que se estuviera investigando un delito.

Alegó además que al tratarse de filmaciones "indiscriminadas" no se respetaba el derecho a la intimidad y dignidad de las personas filmadas, tuvieran o no relación con los hechos. Zulueta dijo también que no hubo ningún tipo de control judicial ni en la filmación, ni en el posterior montaje de los videos, y apuntó que las cintas que se pusieron en mano del juez no eran originales, sino vídeos con imágenes montadas y seleccionadas bajo criterios policiales y no judiciales.

Tanto la fiscal, como la acusación particular se opusieron a esta petición y coincidieron al señalar que no se pueden equiparar las grabaciones de vídeos con las de escuchas telefónicas. La primera invocó tres sentencias del Tribunal Supremo, para fundamentar que no había vulneración de derechos fundamentales y recordó que al salir a la vía pública "hacemos una cesión de intimidad".

Únicamente uno de los 12 presuntos agresores que declararon en la tarde de ayer reconoció haber participado en la paliza al ertzaina. Roberto Larrinaga afirmó: "Vi un barullo, fui allí, le di y me salí".

El resto de los jóvenes se negó a realizar ninguna declaración sobre el vídeo de la agresión.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En