Tribuna:

Trece negritos

Mientras Enrique Lasarte aún estaba declarando, el juzgado central 3 de la Audiencia Nacional enviaba nuevas citaciones que amplían la lista de los querellados en el caso Banesto. Pasadas las seis de la tarde, dos miembros de la antigua comisión ejecutiva, Ricardo Gómez Acebo y Juan José Abaitua, recibían una citación "para prestar declaración" en calidad de querellados, la semana próxima. Una tercera citación corresponde al ex consejero delegado, Juan Belloso, que sin formar parte de la ejecutiva desde finales de 1992 seguía siendo consejero. Los diez negritos del cuento son ahora trec...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Mientras Enrique Lasarte aún estaba declarando, el juzgado central 3 de la Audiencia Nacional enviaba nuevas citaciones que amplían la lista de los querellados en el caso Banesto. Pasadas las seis de la tarde, dos miembros de la antigua comisión ejecutiva, Ricardo Gómez Acebo y Juan José Abaitua, recibían una citación "para prestar declaración" en calidad de querellados, la semana próxima. Una tercera citación corresponde al ex consejero delegado, Juan Belloso, que sin formar parte de la ejecutiva desde finales de 1992 seguía siendo consejero. Los diez negritos del cuento son ahora trece.La decisión del juez García-Castellón de dejar en libertad sin fianza y anular las medidas cautelares contra Enrique Lasarte en el caso Banesto es una pista interesante sobre la senda que transita la investigación. Lasarte asumió el cargo de consejero delegado del banco el 1 de enero de 1993, esto es en el momento en que la mayor parte de las operaciones que describe la querella criminal contra los diez ex administradores del citado banco ya había tenido lugar.

Más información

Por tanto, al dejarle en libertad el juez ratifica algo que ya sabíamos pero no por ello deja de ser significativo: la acción judicial se centra en presuntos actos fraudulentos concretos. Tampoco es posible atribuir a Lasarte, personalmente, las irregularidades contables. (falsedad en documento mercantil). Cuando el director general del Banco de España, José Pérez, escribió el 6 de septiembre de 1993 a Banesto sobre la existencia de "irregularidades" en los estados financieros auditados del banco se estaba refiriendo al ejercicio 1992.

Tampoco la presencia de Lasarte, antes de asumir su puesto, en algunas reuniones la que formalizó, a finales de 1992, la operación Kerino con el empresario de Oasis, Pedro Pueyo, para compensarle por el pacto de recompra del 1,5% del capital de Banesto, puede ser utilizada contra él. El asunto Oasis no figura en la querella.

Hay otra operación que sí tuvo lugar en el tiempo de Lasarte, pero ocurrió fuera de su espacio: la recompra de un 30% del capital de Isolux-Wat por la Corporación Industrial. Esta operación dejó en los bolsillos de la instrumental Valyser, emparentada presuntamente con Mario Conde a través de un jardín de senderos bifurcados, una plusvalía de 3.800 rnillones de pesetas. El 22 de enero Ibiser, una sociedad vinculada a Valyser, compró a ésta por 3.300 millones de pesetas el 30% de Isolux-Wat y el mismo día Metallgesellschaft Services (Francfrt) y Metallgesellschaft Corp. (Nueva York) emitían dos cheques a favor de Ibiser por la compra. de las acciones. El colofón fue sencillo: Corporación Industrial compró a las dos compañías alemanas esa participación en julio de 1993 según dos opciones de venta firmadas previamente. Había antecedentes con Valyser: ya Portland Iberia (es decir, Corporación) le había comprado un 10% de Isolux-Wat en enero de 1992 por 1. 100 millones.

Pero en está operación final del 30% participó el Banco de Vitoria, avalando los pagarés emitidos por Ibiser a favor de Valyser. En esa época, Lasarte ya estaba en Banesto procedente del Vitoria. Y como, además, la compra final la hizo Corporación, tampoco se puede mezclar al ex consejero delegado con esta historia.

A la luz de las primeras seis declaraciones, el juez ha ordenado, pues, ampliar la lista de querellados con otros dos miembros de la comisión ejecutiva, a fin de recoger más información y datos que puedan afectar al binomio Conde-Romaní. La, presencia de Belloso, como se ha apuntado, parecía inevitable toda vez que muchas de las operaciones realizadas coinciden -sin involucrarle personalmente- con su época. Pero precisamente las irregularidades contables se refieren a su último ejercicio, el de 1992.

Archivado En