Volar sobre seguro

Los pilotos, no tienen miedo. "¿Que van a echar a más pilotos? pues que los echen, tendrán que suprimir esas líneas, porque ningún compañero de otras compañías va a pilotar esos vuelos", decía ayer Antonio de Ulibarri, jefe de la sección, sindical SEPLA-Aviaco. Están unidos como una piña. Ningún piloto de otra compañía española conducirá una línea de las que ahora realiza Iberia. Este acuerdo, contemplado en el SEPLA en términos genéricos, fue ratificado la madrugada del pasado martes por el gabinete de crisis, que se constituyó a los diez minutos de la ruptura de las negociaciones, con...

Los pilotos, no tienen miedo. "¿Que van a echar a más pilotos? pues que los echen, tendrán que suprimir esas líneas, porque ningún compañero de otras compañías va a pilotar esos vuelos", decía ayer Antonio de Ulibarri, jefe de la sección, sindical SEPLA-Aviaco. Están unidos como una piña. Ningún piloto de otra compañía española conducirá una línea de las que ahora realiza Iberia. Este acuerdo, contemplado en el SEPLA en términos genéricos, fue ratificado la madrugada del pasado martes por el gabinete de crisis, que se constituyó a los diez minutos de la ruptura de las negociaciones, con la compañía.Con esta carta en la manga -el SEPLA aún no ha comunicado a Iberia esta decisión-, la actitud de los pilotos es de "total tranquilidad" ante la amenaza de la dirección de Iberia de endurecer para ellos el plan.

Pero están "muy cabreados". Dicen que "se ha manipulado a la opinión pública y al resto de la plantilla culpabilizando al SEPLA de los despidos" de 5.220 trabajadores. Estos contratos serán suprimidos por el plan de choque que va a aplicar la compañía después de que el SEPLA no ratificara el acuerdo firmado con UGT, CC OO, los tripulantes de cabinas, los técnicos de vuelo y los de mantenimiento.

La estrategia de los directivos de Iberia, para el SEPLA, está clara: "La empresa está forzando esta maniobra contra los pilotos para desprenderse de 5.000 trabajadores y que este coste caiga sobre nosotros".

"Es muy fácil culpar a los pilotos, porque nos tienen envidia", asegura sin reparos uno de ellos, con su melena atada con una gomilla. "Envidia porque lo que se ve de nosotros es que ganamos mucho dinero, que viaja mos por todo el mundo... y es muy fácil utilizar esto en nuestra contra en una situación tan difícil para muchos trabajadores".

Pero quieren dejar muy claro que no tienen ningún privilegio: se someten cada seis meses a una revisión médica y profesional de la que pende su continuidad al mando de las naves. Y tienen claro que eso se tiene que traducir en dinero, como la responsabilidad de llevar en sus manos la vida de mucha gente. Total, que "un piloto gana lo que merece su profesión". Eso sí, repiten el estribillo de que están dispuestos a una reducción salarial cuando se presente un plan de viabilidad para la compañía. "Pero un plan, no unas medidas acompañadas de una reducción salarial que ni nosotros, ni ellos, saben para qué se va a emplear".

Ellos son los directivos de la compañía, Javier Salas, el presidente, Juan Sáez, el consejero delegado y el resto de su equipo. Sobre Sáez cuenta un representante del SEPLA, que no quiere dar su nombre porque habla a título particular, una anécdota: tras una reunión en la que se solicitaba a los pilotos una rebaja salarial, le preguntaron a Sáez qué haría si su empresa le pidiera una rebaja del 30% de su salario. "Me cambiaría de empresa", espetó Sáez, según el piloto.

No les faltan datos y anécdotas con los que atiborrar sabiamente a cualquier interlocutor que cuestione sus argumentos. La adquisición de Aerolíneas Argentinas es, para ellos, "el colmo", porque representa la "gestión política, no empresarial, de Iberia". Pero cuentan también que ya está firmada la adquisición de ocho airbuses a Francia que van a costar 80.000 millones de pesetas y "que no sirven para nada" sino para contentar a los galos a cambio de colaboración antiterrorista. "Con eso, y con los 30.000 millones que van a costar los despidos, ya se han comido los 130.000 millones de ampliación de capital que piden a Bruselas", concluyen.

"Estas decisiones pueden ser muy buenas para España, desde luego, pero no para Iberia. Esto es una empresa y tiene que ser gestionada como empresa, porque luego se habla de déficits, de reducciones de plantilla y de productividad, y se nos culpa a los pilotos de que haya que echar a gente. a la calle", comenta otro afiliado al SEPLA.

Ulibarri, y seis pilotos más que estaban ayer en su sindicato, están convencidos de que la plantilla de la compañía está sobredimensionada. Y vuelven a la gestión política: "Se absorbieron muchos puestos de trabajo, como en Renfe o Seat, para paliar el paro".

Más de 7.000 empleados sobran en Iberia. Todos de tierra. Pilotos no sobran, en todo caso faltan. Estos son sus datos: En una compañía aérea, occidental y competitiva, hay una media de 140 trabajadores por avión. En Iberia 247. En cambio, los pilotos en Iberia son 10,3, mientras que en esas compañías modelo la media oscila entre 10,2 y 11,2 pilotos por aeronave.

No les tiemblan las piernas porque la compañía se vaya a disgregar. Sus puestos de trabajo no peligran y lo saben. Están tranquilos porque el plan de choque prevé el mantenimiento de las aerolíneas. Y donde vuele un avión, tiene que haber un piloto.

Los directivos del SEPLA recalcan mucho que ellos son un sindicato profesional, "no político", y que por tanto defiende los intereses de sus representados "única y exclusivamente". Pero cuando reparan del peligro de esta afirmación, sabedores de que están señalados por insolidarios, puntualizan: "Si defendemos los intereses de los pilotos estamos defendiendo los bolsillos de todos los españoles y del resto de los trabajadores".