Los paramilitares colombianos alentados por el Estado son ahora un obstáculo para la paz

El futuro inmediato del plan de paz para Colombia, anunciado por el presidente Ernesto Samper el día 17, está atravesado un acertijo: ¿cuál es la diferencia entre un grupo de autodefensa campesina, un grupo paramilitar y una cooperativa rural de seguridad?Las autodefensas fueron alentadas por el Estado, a mediados de los años ochenta, como un mecanismo de protección de los bananeros y ganaderos asediados por el boleteo (chantaje) y la vacuna (extorsión) de la guerrilla; unidos por un enemigo común estos grupos no tardaron en encontrar apoyo en los batallones de contrainsurgencia ...

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El futuro inmediato del plan de paz para Colombia, anunciado por el presidente Ernesto Samper el día 17, está atravesado un acertijo: ¿cuál es la diferencia entre un grupo de autodefensa campesina, un grupo paramilitar y una cooperativa rural de seguridad?Las autodefensas fueron alentadas por el Estado, a mediados de los años ochenta, como un mecanismo de protección de los bananeros y ganaderos asediados por el boleteo (chantaje) y la vacuna (extorsión) de la guerrilla; unidos por un enemigo común estos grupos no tardaron en encontrar apoyo en los batallones de contrainsurgencia y financiación de los narcotraficantes que los adiestraron con mercenarios israelitas y británicos, hasta convertirlos en lo que hoy se conoce genéricamente como paramilitares, de los que hay unos 150, con nombres como Cobra Negra, Tiznados, Revolucionarios del Nordeste y Macetos. Son siniestros aparatos de muerte y motor de la guerra sucia que en la última década dejó un saldo de unos 33.000 asesinados.

El fin de semana, al clausurar el 20º Congreso Nacional Ganadero, en Cartagena de Indias, el ministro de Defensa, Fernando Botero, anunció la creación de cooperativas rurales de seguridad para canalizar la importación de armas para que los hacendados se protejan contra el asedio de los guerrilleros a los que acusan de haber secuestrado a 437 de sus miembros en lo que va del año.

Un primer reparo a la propuesta de Botero lo hizo el ministro de Gobierno, Horacio Serpa, quien dijo: "En general opino que el interés de los colombianos es más por el desarme que por cualquier otra cosa". Luego, el vicepresidente del Episcopado Católico, monseñor Alberto Giraldo, preguntó: "¿Qué diferencia habrá entre las cooperativas [de ganaderos armados] y las autodefensas?". Cauteloso, Samper, dijo que la propuesta "está siendo evaluada" y se pondrá a prueba en cinco municipios, antes de marzo, cuando entraría en vigencia en todo el país.

Ante suspicacias sobre enfrentamientos en el interior del Gobierno, Botero declaró ayer martes: "Todos los ministros estamos siguiendo la misma partitura que es la política del presidente"; el Gobierno es "enemigo acérrimo de las autodefensas y los paramilitares".

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