Noruega da con la puerta en las narices a la UE

Los noruegos decidieron ayer en referéndum dar con la puerta en las narices a la Unión Europea (UE). Un 52,5% de los 3,2 millones de electores votó no al ingreso frente al 47,5% que se decidió por el sí, según los resultados oficiales difundidos esta madrugada cuando se había escrutado el 91% de los votos emitidos. El temor al futuro dentro de la UE -para muchos partidarios del no, una nueva versión del Imperio Romano que quiere tragarse en su magma la soberanía de Noruega y su boyante economía- ha hecho mella en la mayoría de la población, que ha decidido mantenerse fuera de la Unión, junto c...

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Los noruegos decidieron ayer en referéndum dar con la puerta en las narices a la Unión Europea (UE). Un 52,5% de los 3,2 millones de electores votó no al ingreso frente al 47,5% que se decidió por el sí, según los resultados oficiales difundidos esta madrugada cuando se había escrutado el 91% de los votos emitidos. El temor al futuro dentro de la UE -para muchos partidarios del no, una nueva versión del Imperio Romano que quiere tragarse en su magma la soberanía de Noruega y su boyante economía- ha hecho mella en la mayoría de la población, que ha decidido mantenerse fuera de la Unión, junto con Islandia y Suiza. Los votantes noruegos no se han sentido influidos por los referendos a favor de la UE celebrados en Suecia y Finlandia, sus vecinos nórdicos. Los noruegos reiteran, 22 años después, su no a Europa.

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El 25 de septiembre de 1972, el 53,5% de los ciudadanos noruegos rechazó incorporarse a la entonces Comunidad Europea. El índice de participación, normalmente alto en las elecciones noruegas, se disparó en esta ocasión y parece que ha superado el 85% del electorado.La jornada de ayer fue excitante, y la noche aún más cuando todos esperaban unos resultados muy reñidos. A las 22,45 (hora española), los líderes del no y del decidieron retrasar hasta la una de la madrugada el debate nacional por televisión que tenían previsto celebrar debido a lo incierto de los resultados, a pesar de que a esa hora y contado ya el 33% de los votos aparecía un 52,8% a favor del no y un 47,2% a favor del sí.

El bloque del no, que se había concentrado en el Oslo Spektrum , el mayor centro para reuniones de masas en la capital noruega, todavía a medianoche reprimía sus irrefrenables deseos de brindar con champaña porque no acababa de creerse su victoria. Una constelación de centristas-agrarios, socialistas radicales, cristiano demócratas, socialdemócratas, cristianos radicales, extrema derecha y grupos anti-UE de lo más pintoresco se dieron allí cita cantando su himno de campaña, acompañado de música y palmas: "¡No a la UE!". Cuando se confirmaron los resultados todos los presentes en el Oslo Spektrum estallaron en una explosión de alegría.

Euforia del 'no'

La reina del no, Anne Enger Lanhstein -líder de la oposición parlamentaria y del Partido de Centro (de origen agrario)- se sentía eufórica por la victoria. "Decimos sí a Europa, sí a la cooperación internacional, no a la Unión", gritó dirigéndose a sus seguidores. Una vez conseguida la victoria "tenemos que empezar a curar las heridas", añadió. Ella ha aglutinado al movimiento anti-UE y ha logrado vencer a su gran rival, la primera ministra laborista Gro Harlem Brundtland, que ha sufrido una grave derrota personal. Además, su posición en el Partido Laborista puede quedar gravemente debilitada.

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Sin embargo, Brundtland declaró anoche que seguirá como primera ministra: "No tengo la intención de dimitir y ya lo he dicho antes". Añadió que tampoco tiene planes para introducir cambios en su Gobierno, porque en la difícil situación en que el no ha colocado a Noruega hay que trabajar duro para mantener la cooperación con la UE. En este sentido, Brundtland depositó todas sus esperanzas de cooperación en el Espacio Económico Europeo. Lahnstein, por su parte aseguró también anoche en relación con una posible crisis de Gobierno que la composición del Parlamento no ha cambiado" y por tanto seguirá tal cual hasta las próximas elecciones, una indicación clara de que no tiene intención de provocar ninguna crisis. Lo que sí está claro es que el no a la UE "introduce una seria división en la sociedad noruega", según Knut Heidar, profesor de ciencia política de la Universidad de Oslo.

Lahnstein considera que la derrota del sí ha impedido una crisis constitucional y un periodo de inestabilidad política en Noruega. La minoría parlamentaria anti-UE, encabezada por ella, había amenazado con bloquear la adhesión a la UE en el Storting (Parlamento) si el sí vencía por un estrecho margen frente al no, muy al contrario que el sector pro-UE, que desde el primer momento dijo que votaría no si el pueblo decidía votar en contra en el referéndum.

Entre los votantes del no ha habido una clara mayoría de mujeres, algo que se explica porque en un alto porcentaje trabajan en el sector público y temían perder sus puestos con el ingreso en la UE. El no ha recibido también un impulso decisivo de las zonas pesqueras y agrícolas. Los pescadores por temor a ver arrasados sus caladeros por las flotas pesqueras de la Unión. Los agricultores, porque no quieren perder las enormes subvenciones que reciben del Gobierno. En definitiva, Noruega ha escogido el aislamiento.El presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, anuló anoche una conferencia de prensa anunciada horas antes en Bruselas en la que tenía previsto comentar los resultados del referéndum noruego, alegando que lo ajustado de los primeros datos hacían imposible emitir cualquier juicio consistente. Tanto Delors como el comisario de Relaciones Exteriores, Hans Van Den Broek, dijeron que comentarán hoy los resultados.

El rechazo noruego supone un duro golpe para los pesqueros españoles. En la recta final de las arduas negociaciones para la adhesión de Noruega a la UE, España logró arrancar una cuota de 6.500 toneladas de bacalao, o su equivalente en otras especies, que se perderán tras el voto negativo.

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