Reportaje:

Por cada heroinómano hay 40 alcohólicos

La bebida causa 10.000 muertos anuales, pero apenas hay centros de rehabilitación

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la pasada semana un duro mensaje a la población sobre los estragos del alcohol. Tan contundente que incluso recomendaba no probar el vino tinto que en España se consume a un ritmo de 34 litros anuales por cabeza. El problema no es sólo esta bebida fermentada. Casi un 70% de la población española consume bebidas alcohólicas con cierta regularidad, aunque más de la mitad, concretamente el 56,5%, considera que lo hace "moderadamente". Esta apreciación se traduce en un consumo de hasta 525 gramos de alcohol a la semana, equivalentes en el peor de los...

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la pasada semana un duro mensaje a la población sobre los estragos del alcohol. Tan contundente que incluso recomendaba no probar el vino tinto que en España se consume a un ritmo de 34 litros anuales por cabeza. El problema no es sólo esta bebida fermentada. Casi un 70% de la población española consume bebidas alcohólicas con cierta regularidad, aunque más de la mitad, concretamente el 56,5%, considera que lo hace "moderadamente". Esta apreciación se traduce en un consumo de hasta 525 gramos de alcohol a la semana, equivalentes en el peor de los casos a 39 copitas de brandi, 38 cañas de cerveza y a cinco botellas de vino, según datos del último estudio del Ministerio de Sanidad y Consumo en 1989. Algo más del 10% admite pasar de los 700 gramos, lo que ya se califica como bebedor "alto" o "excesivo".Comparando estos resultados con los de otro estudio anterior de 1980 se observa un aumento del 3,4% en la prevalencia del consumo de alcohol en España, fundamentalmente a costa del incremento de los bebedores excesivos. Los patrones de la bebida están cambiando, coinciden los expertos. La mayor prueba se da entre los jóvenes, donde al tiempo que aumentan los abstemios crece el número de adolescentes que bebe compulsivamente los fines de semana. El estudio Conductas de los escolares españoles relacionadas con la salud, publicado este año por Ramón Mendoza, Reyes Sagrera y Joan Batista, revela que el alcohol es la droga que más escolares españoles han consumido alguna vez. Carlos Dulanto, médico especializado en el tratamiento de las drogodependencias y colaborador de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), asegura que al menos 25.000 chavales están enganchados al alcohol y otros 75.000 en claro riesgo.

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La droga pobre

Ni el presente ni el futuro parecen muy halagadores. "Vivimos en un país alcoholizado", coincide Dulanto con la mayoría de los especialistas que se dedican a advertIr sobre el alcohol. "Es la drogodependencia más grave de todas, porque las demás corresponden a modas, pero el alcoholismo se mantiene e incluso ha experimentado una escalada". Lo que sucede, en su opinión, es que el alcoholismo "es la adicción pobre. Es la más barata y tarda muchos años en mostrar sus efectos. Socialmente no se le da la importancia del resto de las drogas porque el alcohólico no molesta y está culturalmente asimilado. Pero tenemos muy poca conciencia e información sobre sus verdaderos efectos".Los trabajos estadísticos sobre el alcoholismo, tanto de organismos oficiales como privados, ofrecen los siguientes datos para la reflexión: al alcohol se atribuyen anualmente 10.000 muertes en España, 8.000 de ellas por cirrosis; el 40% de los accidentes de tráfico; el 30% de los accidentes laborales; Su consumo está detrás del 50% de los homicidios y suicidios. En las urgencias de los hospitales, los alcohólicos representan el 15% de los pacientes. Unas 250.000 españolas en edad fértil tienen problemas de alcoholismo.

Si a partir de una población de alcohólicos estimada en 3,5 millones, los expertos calculan que existen 40 por cada heroinómano (la prevalencia del consumo de heroína es del 0,3% de la población), ni la atención social ni los recursos parecen orientados a ello. En España existen 696 centros de carácter sanitario o terapéutico, entre públicos y privados, para el tratamiento de las toxicomanías por opiáceos. Para el alcoholismo hay 382. En ellos han sido atendidos hasta ahora 59.958 adictos a la heroína y cocaína frente a 24.119 alcohólicos, según datos de la memoria de 1993 del Plan Nacional sobre Drogas.

La droga "pobre" tiene una particularidad más: a diferencia de lo que ocurre con los opiáceos, el síndrome de abstinencia del alcohol, el delirium tremens, puede causar la muerte.

"La prevención es el único camino y la prevención es cosa de todos", dice Carlos Dulanto. "Si juntamos en España alcoholismo y consumo de drogas ilegales es rara la familia a la que no le ha tocado la china. Esto no es sólo un asunto de cuatro especialistas".

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