Cartas al director

Abusos bancarios

En los tiempos que corren, adquirir una vivienda no es cosa que nadie pueda tomarse a risa. Para la mayoría, ello supone tal esfuerzo inversor que el mismo no es posible si no es con la ayuda de un préstamo bancario. Y claro, tal préstamo conlleva el tener que hipotecarse, si no de por vida, sí durante una buena parte de ella.Si alguien pactó un préstamo hipotecario durante los años precedentes, seguramente lo hizo a un interés de entre el 15% y el 16%, lo que le supuso resignarse a ver cómo desde entonces, mes tras mes, sus ingresos quedaban sensiblemente recortados. Pero, ahora, esa persona ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En los tiempos que corren, adquirir una vivienda no es cosa que nadie pueda tomarse a risa. Para la mayoría, ello supone tal esfuerzo inversor que el mismo no es posible si no es con la ayuda de un préstamo bancario. Y claro, tal préstamo conlleva el tener que hipotecarse, si no de por vida, sí durante una buena parte de ella.Si alguien pactó un préstamo hipotecario durante los años precedentes, seguramente lo hizo a un interés de entre el 15% y el 16%, lo que le supuso resignarse a ver cómo desde entonces, mes tras mes, sus ingresos quedaban sensiblemente recortados. Pero, ahora, esa persona escucha en los medios de comunicación que el precio del dinero ha bajado hasta casi el 8%, y con tal excusa sucesivas cartas del banco le anuncian rebajas en los intereses. de su cuenta corriente. Y se convence definitivamente de la injusticia de tener que pagar tanto dinero por un préstamo.

La Ley 2/1994, de 30 de marzo, sobre subrogación y modificación de préstamos hipotecarios, ha pretendido acabar con esta situación, haciendo posible la mejora de las condiciones del tipo de interés sin que ello conlleve unos excesivos costes, mediante la amortización anticipada del anterior préstamo, ya sea por otra entidad bancaria, ya sea por la misma con quien se concertó el préstamo inicialmente.

Pero la mayoría de los bancos hacen caso omiso de esta ley, y cuando alguien pretende la subrogación o modificación de su préstamo hipotecario, le ponen mil trabas y excusas para disuadirle de su pretensión, destacando especialmente el hecho de que calculen los costes conforme a la legislación anterior, por lo que los mismos resultan excesivamente elevados al exigirse el abono de una comisión por amortización anticipada que ahora no es necesario pagar.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Así, muchos han de seguir pagando unos exagerados intereses, y ello como consecuencia de una clara infracción de la ley y de los principios de libre competencia por parte de los bancos, que por interés mutuo de unos y otros no quieren poner en práctica lo acordado por las Cortes Generales. Creo que alguien debería tomar cartas en el asunto para hacer posible la aplicación efectiva de la ley y para que lo previsto en ésta no quede en papel mojado-

Archivado En