Tras Mario Conde, Javier de la Rosa

Hace poco, MC y JR eran los héroes de un periodista económico que escribía libros de asalto al poder favorables a ambos personajes, y que acaba de publicar una especie de diario apócrifo de MC tras la intervención de Banesto. Pero en la España del crecimiento de los ochenta, como en muchas economías capitalistas, personas como las citadas, con ímpetus arrolladores y caracterizadas más por su habilidad financiera que por la gestión de empresas industriales o bancarias, forman parte inevitable del paisaje; El capitalismo -el sistema económico más injusto si olvidamos los demás- admite e i...

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Hace poco, MC y JR eran los héroes de un periodista económico que escribía libros de asalto al poder favorables a ambos personajes, y que acaba de publicar una especie de diario apócrifo de MC tras la intervención de Banesto. Pero en la España del crecimiento de los ochenta, como en muchas economías capitalistas, personas como las citadas, con ímpetus arrolladores y caracterizadas más por su habilidad financiera que por la gestión de empresas industriales o bancarias, forman parte inevitable del paisaje; El capitalismo -el sistema económico más injusto si olvidamos los demás- admite e incluso digiere la especulación. Lo que sucede es que, en países con más madurez sociocultural, tales personajes de empuje encuentran límites en una sociedad civil potente -empresariado, prensa-, en el mundo político y, en último término, en las leyes. Aquí, MC, tras el pelotazo de Antibióticos, consigue controlar el entonces primer banco de España, y desde allí hace amigos en los medios de comunicación y logra ser considerado como "la gran promesa". Una patraña que acabó en la intervención. Y JR cree -y con él otros que deberían ser más prudentes- que los fondos de KIO son eternos y le hacen omnipotente. Se muestra dispuesto a suplir un inexistente "INI catalán" y es presentado como un modelo a imitar. Una grosera mixtificación que veremos cómo acaba.

18 de octubre

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