París concluye el 50º aniversario de su liberación con un festejo espectacular

"Entonces eramos los actores y ahora nos convierten en espectadores", se lamentaba ayer una anciana mientras contemplaba, tras las vallas metálicas separadoras, el espectacular último acto conmemorativo del cincuentenario de la li beración de París de los nazis. En 1944, ella se había subido a los tanques de la división Leclerc, besado a los soldados y ayudado a pegar proclamas. Ahora unos jovencitos engominados, montados en relucientes Citroën petardeantes, han ocupado su puesto.

Pero no todos los viejos protagonistas se sienten defraudados., La viuda del mariscal Leclerc paso revista...

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"Entonces eramos los actores y ahora nos convierten en espectadores", se lamentaba ayer una anciana mientras contemplaba, tras las vallas metálicas separadoras, el espectacular último acto conmemorativo del cincuentenario de la li beración de París de los nazis. En 1944, ella se había subido a los tanques de la división Leclerc, besado a los soldados y ayudado a pegar proclamas. Ahora unos jovencitos engominados, montados en relucientes Citroën petardeantes, han ocupado su puesto.

Pero no todos los viejos protagonistas se sienten defraudados., La viuda del mariscal Leclerc paso revista a los supervivientes de la mítica división blindada "contenta al ver que, aún quedamos tantos". De madrugada, muchos de ellos bailaron, junto con otros miles de ciudadanos, en la plaza de la Concorde.En Los Campos Elíseos, -8.000 jóvenes intentaron poner en imágenes el recuerdo escrito que el. general De Gaulle- dejó de su desfile-baño de multitudes del 26 de agosto: "¡Ah, es elmar! Hasta donde alcanza mi vista solo hay una marea humana, vibrante bajo el sol, bajo la tricolor".

Los muchachos, portadores de grandes superficies de tela azul ondulante, salpicada de espuma blanca, surgieron del Arco de Triunfo después de la ceremonia de reavivar la llama de la tumba del soldado desconocido.

Al mismo tiempo, a lo largo de la avenida, se desplegaban trescientos estandartes pintados por Julius Baltazar y en los que figuraban frases referentes a lo que significa la liberación de París de los nazis para más de 2.000 franceses anónimos que quisieron sumarse así a su evocación.

En 1989, para conmemorar el bicentenario de la Revolución, los Campos Elíseos fueron transformados en enorme trigal; ahora se ha optado por el mar. Entonces Jean Paul Goude pudo inventarse trajes y sonidos. Ahora, Françoís Confino,y Dominique Menut, realizadores de los espectáculos callejeros, han sido más serios.

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