Dos españoles mueren ametrallados en un hotel de Marraquech

"Entraron disparando a todas partes", recuerda aturdido José Antonio Ocaña al describir el asalto al hotel Atlas Asni de Marraquech, en el que ayer perdió la vida su mujer, Antonia Cuevas, y resultó herida su cuñada, Doris Ocaña, que disfrutaba de su viaje de novios. Tres encapuchados barrieron a tiros el vestíbulo del establecimiento y también mataron a Salvador Torras Turrel.

Fue una maldita casualidad. El grupo de turistas españoles en el que viajaban estaba de excursión visitando la ciudad vieja de Marraquech. José Antonio; su esposa; Doris y su marido, Antonio Benítez, se quedaron ...

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"Entraron disparando a todas partes", recuerda aturdido José Antonio Ocaña al describir el asalto al hotel Atlas Asni de Marraquech, en el que ayer perdió la vida su mujer, Antonia Cuevas, y resultó herida su cuñada, Doris Ocaña, que disfrutaba de su viaje de novios. Tres encapuchados barrieron a tiros el vestíbulo del establecimiento y también mataron a Salvador Torras Turrel.

Fue una maldita casualidad. El grupo de turistas españoles en el que viajaban estaba de excursión visitando la ciudad vieja de Marraquech. José Antonio; su esposa; Doris y su marido, Antonio Benítez, se quedaron en el hotel aquejados de malestar en el vientre. A las 10.30 de la mañana estaban cambiando moneda. Salvador Torras también se encontraba allí. "Lo, primero que recuerdo es que los gritos de un niño nos hicieron. volvernos. No entendíamos lo que decía. Inmediatamente entraron los tres encapuchados disparando a diestro y siniestro", cuenta José Antonio. "Todos empezamos a correr, algunos histéricos y dando gritos, otros cubriéndose con los sofás". Era demasiado tarde. Su esposa ya había fallecido. Salvador Torras también. Pasa a la página 3

"Corrí, me refúgié en las oficinas, y eso me salvo la vida", relata el marido de una de las víctimas

Viene de la primera página"Cuando quise coger del brazo a mi mujer y mi hermana", relata José Antonio Ocaña, "vi cómo caían sobre una butaca. Entonces salí corriendo y me metí en las oficinas del hotel. Eso creo que me salvo la vida", sigue José Antonio. "Poco después de acabar los disparos, oí la voz de mi hermana que se quejaba de un fuerte dolor en las piernas". Doris Ocaña recibió dos ráfagas de ametralladora en las piernas. Las balas eran explosivas. Fue inmediatamente trasladada a la clínica Sud, una institución privada de la ciudad.

Los encapuchados sembraron el terror, preguntaron en voz alta y en francés: "¿Dónde esta la caja?". Se dirigieron hacia la cajera, a la que cogieron por los cabellos . "Lo más extraño es que sólo se llevaron 10.100 dirhams (unas 150.000 pesetas), cuando había más dinero en la caja", comentaban fuentes oficiales de Marraquech.

Tras coger los sobres gritaron en voz alta: "¡No hablar!" Esta vez lo hicieron en italiano y salieron corriendo al aparcamiento del hotel. En la misma puerta secuestraron a una cliente y le robaron el coche, con el que huyeron. La secuestrada fue liberada sana y salva poco después.

El grupo de turistas españoles que estaba de excursión recibió la noticia al regresar al hotel poco después de las dos de la tarde. El establecimiento estaba completamente tomado por la policía. La guía turística se limitó a comunicarles: "Tengo que darles una mala noticia", y les explicó que dos de los miembros del grupo habían muerto, sin más precisiones.

Hacia las siete de la tarde, personal de la Embajada española en Rabat dijo a los turistas que, al parecer, el asalto al hotel fue producto de un robo. Dos funcionarios, que viajaron a Marraquech, se encargarán de las gestiones repatriar los cadáveres de las víctimas.

Uno de los turistas españoles, José Montero, cirujano de profesión, se ofreció para colaborar con los doctores marroquíes de la clínica Sud. Cuando llegó al hospital, Doris Ocaña ya había sido operada. El doctor marroquí que la atendió había cursado sus estudios en la Universidad de Granada, de donde procede la mayoría del paquete de turistas españoles alojados en el hotel Atlas Asni. Montero encontró a Doris adormilada bajo los efectos de la anestesia pero fuera de peligro. "Doris está grave pero estable". Comentó que sólo echaba en falta una Unidad de Vigilancia Intensiva de la que no dispone la clínica Sud.

La esposa de Montero, Ascensión Fernández, enfermera, también se ofreció a colaborar en el hospital, pero no le permitieron la entrada. "Ha debido ser un viaje de novios muy duro", comentaba Ascensión, "el marido está muy afectado". El marido de Doris, Antonio Benítez, permanecía anoche en reposo bajo los efectos de un sedante.

A medianoche, el servicio del hotel ya había reparado los cristales rotos y la única prueba del fatal ataque registrado por la mañana era el trasiego de turistas españoles. Aún muy nerviosos se arremolinaban en el vestíbulo y comentaban la posibilidad de suspender el viaje. "Nos han dicho que era un atentado", aseguraba Francisco Nieto uno de los miembros del grupo.

Feroz cerco policial

La policía marroquí estableció un feroz cerco en la ciudad para intentar capturar a los asaltantes. Fuentes oficiales expresaron su extrañeza por el acento de los atracadores. Al parecer hablaban con acento argelino, según estableció la policía a partir de los testimonios recogidos en el lugar de los hechos.

El propio ministro del Interior del país magrebí, Dris Basri, afirmó que los tres individuos que asaltaron el hotel Atlas Asni no hablaban el dialecto marroquí y que "podrían ser extranjeros". Basri no se atrevió a anticipar ninguna impresión o indicio sobre el móvil del ataque. En cualquier caso no precisó si se trataba de un atraco o de un atentado. La policía destaca el hecho de que los asaltantes emplearan metralletas, arma poco habitual entre atracadores y delincuentes comunes. En un comunicado, el Ministerio marroquí del Interior afirma que se trata del ataque más grave ocurrido en los últimos años en Marruecos.

Este país se ha convertido en uno de los destinos preferidos por una buena parte del turismo español. Algunos grandes operadores turísticos españoles mueven al año más de 500.000 viajeros hacia este país del norte de África. En Europa, Francia y España son los dos países que envían más viajeros a Marruecos.

Antonia Cuevas, de 35 años, y Doris Ocaña Marín, de 22, habían contratado el viaje en la agencia de viajes Tourafrica. Salvador Torras Turrel, de 43 años, vecino de Castellar del Vallés (Barcelona), contrató sus vacaciones a través de otra agencia que compró el paquete a la mayorista Juliá Tours.

El autocar de la agencia Tourafrica había salido de Algeciras el domingo después de recoger a turistas procedentes de varias ciudades andaluzas (Cádiz, Málaga y Granada). El martes por la noche, acompañados por un guía marroquí, llegaron a Marraquech tras haber visitado el norte del país. Los turistas españoles tenían previsto continuar hoy viaje hacia Casablanca. Pero después de la muerte de dos miembros del grupo, todos los proyectos han quedado en suspenso.

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