EL NUEVO BANESTO.

Punto y aparte a ocho meses de una de las mayores crisis de la banca española. La junta general extraordinaria de accionistas de Banesto, que se celebra hoy en el recinto ferial Juan Carlos I de Madrid, cierra el periodo más triste del histórico banco y abre las puertas a la era Botín. Los accionistas, entre los que no se espera la presencia del ex presidente Mario Conde, deberán aprobar la censura de la anterior gestión, las cuentas de 1993 -con unas pérdidas de casi 580.000 millones de pesetas-, el cambio de auditor -Arthur Andersen sustituirá a Price Waterhouse- y una autorización al...

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Punto y aparte a ocho meses de una de las mayores crisis de la banca española. La junta general extraordinaria de accionistas de Banesto, que se celebra hoy en el recinto ferial Juan Carlos I de Madrid, cierra el periodo más triste del histórico banco y abre las puertas a la era Botín. Los accionistas, entre los que no se espera la presencia del ex presidente Mario Conde, deberán aprobar la censura de la anterior gestión, las cuentas de 1993 -con unas pérdidas de casi 580.000 millones de pesetas-, el cambio de auditor -Arthur Andersen sustituirá a Price Waterhouse- y una autorización al consejo de administración para ampliar capital una o varias veces en un plazo de cinco años. Como contrapunto al silencio de Conde, las agrupaciones de pequeños accionistas intervendrán para pedir la reprobación de las cuentas de 1993.

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El nuevo equipo gestor de Banesto espera que su presidente, Alfredo Sáenz, no tenga que soportar estoicamente otras nueve horas de junta sin moverse del asiento, tal y como le ocurrió el pasado 26 de marzo. En aquella ocasión, la tensa junta tenía como objetivo dar fe del caótico estado en el que se encontraba la entidad y dotar a Sáenz del poder necesario para llevar adelante el plan de saneamiento de Banesto, que suponía un fuerte coste para los accionistas.Hoy, la situación es distinta. El nuevo socio mayoritario de la entidad, el Banco Santander, confía plenamente en el equipo de Sáenz y considera a Banesto como uno de los puntos neurálgicos de su estrategia a largo plazo. Con el respaldo del banco cántabro -está previsto que Emilio Botín acuda a la junta-, el presidente de Banesto propondrá a los accionistas un importante bloque de iniciativas.

El primer punto del orden del día será la censura de la gestión social y la aprobación de los resultados de 1993. Sáenz presentará unas pérdidas de casi 580.000 millones de pesetas, en las que se incluyen quebrantos y saneamientos de ejercicios precedentes.

La aprobación del segundo de los siete puntos del orden del día de la junta de hoy supondrá el relevo del auditor del banco. Price Waterhouse será sustituido por Arthur Andersen, compañía encargada de auditar las cuentas del Banco Santander y la Corporación Banesto. En la actualidad, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) está realizando un examen sobre las auditorías de Banesto efectuadas por Price.

Al margen de ratificar al equipo que se viene encargando del día a día de la entidad, los accionistas de Banesto facultarán al consejo de administración para que amplíe capital una o varias veces en el plazo de cinco años. La ampliación global podría hacerse por valor de alrededor de 120.000 millones de pesetas en el plazo de cinco años.

El paquete de más del 70% de Banesto que está en manos del Santander permitirá que estas propuestas salgan adelante sin problema. La única voz discordante provendrá de las agrupaciones de pequeños accionistas -Reagrupamiento de Accionistas de Banesto y Asociación para la Defensa del Accionista (ADA)-, que ya han expresado su malestar por la incompleta información facilitada por la dirección de Banesto. Han anunciado que se opondrán a la aprobación de las cuentas y, posiblemente, lleguen a impugnar la junta. Además, ADA solicitó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que obligara a Banesto a dar más información, pero ésta ha alegado que no está legitimada para intervenir.

Ausencia de Conde

La actitud de estos accionistas contrasta con la de Mario Conde. El ex presidente y todavía accionista de Banesto no tiene previsto acudir hoy a la junta extraordinaria, al igual que sus hombres de confianza. En principio su representación recaerá en alguno de sus asesores jurídicos, tal y como ocurriera en la junta celebrada el pasado 26 de marzo. En esa ocasión fue el abogado Fernando Sánchez Calero quien estuvo presente. Conde y su núcleo duro también barajan la posibilidad de impugnar la junta, e incluso han requerido a Banesto para que detalle más la información sobre el banco.

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