Cartas al director

Silencio nocturno, por favor

Dado que paso la mayor parte de julio y agosto en Madrid, vivo en una calle céntrica y mi caso no es ni mucho menos' el único, escribo hoy para defender algo tan vital como es el silencio nocturno en nuestra ciudad.No necesito mencionar las altísimas temperaturas veraniegas que hemos sufrido este año y, como si esto no fuera suficiente, para impedimos un mínimo de descanso, el Ayuntamiento decide, como siempre por esta época, proseguir una cadena de obras con perforadoras con las que no se respetan ni horarios ni decibelios.

Habría muchísimo que decir sobre este tema de los ruidos en nu...

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Dado que paso la mayor parte de julio y agosto en Madrid, vivo en una calle céntrica y mi caso no es ni mucho menos' el único, escribo hoy para defender algo tan vital como es el silencio nocturno en nuestra ciudad.No necesito mencionar las altísimas temperaturas veraniegas que hemos sufrido este año y, como si esto no fuera suficiente, para impedimos un mínimo de descanso, el Ayuntamiento decide, como siempre por esta época, proseguir una cadena de obras con perforadoras con las que no se respetan ni horarios ni decibelios.

Habría muchísimo que decir sobre este tema de los ruidos en nuestro país, para los que hay una insensibilidad casi absoluta, pero hoy no quiero extenderme ni sobre los alborotos periódicos de los hinchas de fútbol ni sobre la situación de las terrazas estivales, sus horas de cierre y las efusivas despedidas de sus nada discretos parroquianos, ni sobre el sonido persistente de alguna alarma procedente de coche, comercio o vivienda que se dispara sin aparente motivo y, a veces, dura horas, añadiéndose a la intermitencia sonora de ambulancias que cruzan constantemente. la ciudad.

Todo esto forma parte de un proceso de ruidos que más o menos se amortiguan a las cuatro de la mañana, hora en que los castigados vecinos nos disponemos a dormir.

A las seis pueden empezar las perforadoras, con lo que él sueño apetecido quedaría reducido a dos horas escasas. Y yo pregunto: ¿Cuántas referencias hay en diarios y revistas sobre cómo combatir el insomnio o - cómo controlar nuestros nervios? ¿No nos convierte la falta de sueño en personajes irritables y agresivos?

Asi pues, creo que una sociedad que busca tener un mayor índice de productividad y una mejor calidad en su relación de' convivencia debe ser consciente de la importancia del sueño y del respeto a los horarios del mismo en aras de la disminución de un estrés ciudadano que cada día es más peligroso.

En este orden, creo que es de la mayor importancia intentar un mayor control de los ruidos nocturnos, no sólo impulsando a una más alta conciencia colectiva, sino exigiendo, a quien se deba exigir, una responsabilidad mayor para imponer unas medidas que acaben de una vez con esta deteriorada situación.-

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