Entre 40 y 70 españoles se lesionan cada año la médula por zambullida en playas y piscinas

La parálisis total es la secuela más frecuente de los accidentes

La mayoría se producen de madrugada, muchas veces después de haber ingerido demasiado alcohol y casi siempre por una imprudencia. "Cada año se producen en Españaentre 40 y 70 casos de lesiones medulares por zambullida, y el 100% de ellas son evitables", dice Luis García Fernández, jefe de la unidad de lesiones medulares del hospital de traumatología y rehabilitación de Vall d'Hebrón. La secuela es generalmente una parálisis total de por vida, como le ha sucedido a Ramón Sampedro, primer español que recurrió a un tribunal para que le fuera aplicada la eutanasia.

La mejor forma de prevenc...

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La mayoría se producen de madrugada, muchas veces después de haber ingerido demasiado alcohol y casi siempre por una imprudencia. "Cada año se producen en Españaentre 40 y 70 casos de lesiones medulares por zambullida, y el 100% de ellas son evitables", dice Luis García Fernández, jefe de la unidad de lesiones medulares del hospital de traumatología y rehabilitación de Vall d'Hebrón. La secuela es generalmente una parálisis total de por vida, como le ha sucedido a Ramón Sampedro, primer español que recurrió a un tribunal para que le fuera aplicada la eutanasia.

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La mejor forma de prevención de las lesiones medulares por zambullida es seguir la máxima de que "la primera vez, siempre de pie", es decir, que cuando se uno baña por primera vez en un lugar desconocido, hay que probar las condiciones de la playa o la piscina saltando de pie.El hospital de traumatología de Vall d'Hebrón recibe cada año unos cien casos de lesiones medulares, de los que entre cinco y siete son por zambullida imprudente en aguas poco profundas. Se producen más accidentes en las playas que en las piscinas. En todo caso, la lesión acostumbra a ser grave porque afecta a las vértebras cervicales, las más altas de la columna, y, por tanto, pueden producir parálisis de las cuatro extremidades y dificultades respiratorias severas. "La lesión se produce porque el golpe, que la mayoría de las veces es de coronilla, provoca una flexión forzada hacia adelante que comprime la columna a la altura de la quinta o sexta vértebras cervicales. La lesión se produce habitualmente por estallido o fractura de las vértebras", explica García Fernández.

El pasado 28 de mayo ingresó en la residencia de Bellvitge un caso que podría considerarse paradigmático de este tipo de lesiones. Se trata de un joven de 29 años que se arrojó de cabeza a la playa de Castelldefels en plena intoxicación etílica. Para su fortuna, la lesión que se produjo en la quinta cervical era incompleta y está recuperando en el hospital de Vall d'Hebrón parte de la movilidad de los miembros. Pero estuvo a las puertas de. la muerte porque, como, ocurre en muchos casos de accidente por zambullida, la lesión cervical le produjo una parálisis de los músculos respiratorios y cuando ingresó en el hospital presentaba una insuficiencia respiratoria aguda que obligó a practicarle una traqueotomía.

Gérmenes

"Cuando el accidente es en el mar suele ser peor, porque el problema medular y respiratorio se agrava por la ingestión de agua salada, que normalmente tiene muchos gérmenes y obtura los bronquios", añade García Fernández. Es muy importante que los primeros auxilios que reciba el accidentado sean los adecuados, pues de lo contrario podría agravarse su lesión. No se debe mover mucho el cuerpo y hay que tener cuidado, sobre todo, de no flexionar el cuello.

El hospital de parapléjicos de Toledo recibe cada año entre 10 y 12 lesionados por zambullidas. "El organismo humano es mucho más frágil de lo que el hombre supone. Se está primando la acción rápida, la violencia, la espectacularidad, y luego pasan estos accidentes", insiste José Mendoza, jefe de rehabilitación del centro.

Campaña en las escuelas

La mayoría de los accidentes se producen por imprudencia o por exceso de confianza, y resulta realmente penoso comprobar los graves daños, que se derivan de un acto inconsciente", afirma Mercé Camprubí, del Instituto Guttmann de Barcelona, centro monográfico dedicado a la atención de parapléjicos. Camprubí coordina una campana en las escuelas catalanas que, bajo el lema Estop al cop, pretende inculcar a los escolares las Medidas preventivas para evitar los riesgos que pueden conducirles a la silla de ruedas.El auge del windsurf en España ha producido en los últimos años bastantes accidentes medulares. "Es más peligroso el surf que el windsurf', explica Domingo Guevara, especialista en lesiones medulares del Instituto Guttmann. "Quienes practican el surf no suelen tener problemas para mantenerse con la tabla sobre la cresta de la ola, pero cuando ésta llega a la playa, si no son muy expertos y aun incluso en el caso de que lo sean, muchas veces son arrollados por la fuerza del agua cuando la ola se rompe, La lesión medular se produce casi siempre por una flexión forzada o una hiperextensión de la columna vertebral. También se han producido algunos casos por un golpe de la tabla al romper la ola", comenta Guevara.

También la práctica del submarinismo puede conducir a la silla de ruedas, pero en este caso por un mecanismo completamente diferente. La lesión medular se produce en este caso por el efecto de una descompresión brusca.

El Instituto Guttmann de Barcelona ha atendido ocho casos de paraplejia o tetraplejia por esta causa en pocos años. "El accidente se produce cuando, por la razón que sea, el submarinista sube demasiado rápidamente a la superficie. Los expertos ya saben que han de iniciar el ascenso cuando les queda oxígeno suficiente para aplicar las tablas de descompresión, que consisten en ir ascendiendo por tramos, normalmente de 10 en 10 metros, y permanecer un rato en cada estadio para facilitar la adaptación del organismo".

"Si el submarinista sube rápidamente, varía muy bruscamente la presión, y este cambio súbito provoca que el nitrógeno que se encuentra en la sangre en estado líquido pase a gaseoso. Cuando eso ocurre, el nitrógeno gaseoso. forma unas burbujas en la sangre que, dependiendo de a dónde vayan a parar, pueden producir secuelas importantes. Si van a parar al cerebro o a la médula espinal, se produce entonces una isquemia (falta de riego) de los tejidos neuronales. Es la lesión cerebral o medular por embolia gaseosa", explica Guevara.

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